Parasha Semanal BEHAR/BEJUKOTAI

Parashá 33 BeJukotai

Levítico 26:3 – 27:34



Aliyás de la Torá:

  1. 26:3-5
  2. 26:6-9
  3. 26:10-46
  4. 27:1-15
  5. 27:16-21
  6. 27:22-28
  7. 27:29-34
  8. Maftir: 27:32-34

Haftará: Jeremías 16:19 – 17:14

Los Escritos Apostólicos: Mateo 27:1 – 28:20

BeJukotai

Significa “en mis estatutos”.

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Primera aliyá, 26:3-5

26:3 “Si andáis en mis estatutos y guardáis mis mandamientos para ponerlos por obra” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “mis estatutos” es “jukotai”. Como hemos dicho antes, un mandamiento que es denominado “juk” es un tipo de mandamientos que no tiene una explicación lógica y entendible a primea vista. Este es el tipo de mandamientos más difícil para el hombre, porque no solamente tiene que esforzarse para cumplirlo, sino también tiene que librar una batalla en su mente a la hora de obedecerlo. Como no entiende bien la razón por la que tiene que cumplir ese tipo de mandamientos, la mente natural tiende a revelarse y despreciar el juk, cf. v. 15, 43. Por esta razón, la mente que no ha sido transformada por la Torá no ayuda al hombre a poner por obra los mandamientos de carácter juk. El juk es el mandamiento que más eleva al hombre espiritualmente, porque crea en el hombre una obediencia sin lógica, sin que la mente le apoye y así le obliga a subir a un nivel espiritual más alto. La obediencia al juk tiene que ver con una relación de Padre-hijo. El hijo no entiende por qué el padre le ordena algo, pero obedece simplemente porque el padre lo ha dicho, no porque haya una explicación del por qué tiene que hacer esto o aquello. Nuestra obediencia al mandamiento juk crea una relación de obediencia en un nivel más profundo en espíritu y en amor. Aunque no entendamos, obedecemos, simplemente porque Papá nos lo ha dicho. Por lo tanto el juk nos eleva por encima de lo natural, de lo lógico, de lo que es obvio, según el razonamiento humano, y nos lleva a una altura espiritual de relación y de revelación profundas con nuestro Padre celestial. Los mandamientos de carácter juk están íntimamente ligados al Mesías. Por eso son tan importantes.

Además de tener que enfrentar la resistencia para cumplir el mandamiento juk en nuestro cuerpo y en nuestra mente, recibimos también los ataques de los enemigos de la Torá. Como ellos no pueden entender la razón por la que fueron dados estos estatutos, se burlan de nosotros y de nuestro Padre que nos dio la Torá para ser cumplida.

Así que, la tentación principal que tenemos es que dejemos de cumplir los mandamientos de carácter juk. Esta es la razón por la que este texto primero menciona este tipo de mandamientos. Si andamos en los juks de HaShem y guardamos el resto de sus mandamientos poniéndolos por obra, no solamente estudiándolos o hablando de ellos o pensando en cumplirlos, sino verdaderamente transformándolos a una convivencia diaria en nuestras vidas, ENTONCES recibiremos todas las bendiciones que están involucradas en el pacto.

Este versículo empieza con una de las palabras más importantes de las Escrituras: “si” condicional, en hebreo “im”. Esta palabra pone al hombre en una posición de autoridad para elegir. Con la entrega de la Torá el hombre ya no es un esclavo, es libre. Tiene la libertad para elegir entre la bendición y la maldición. Tiene el poder en su boca y en sus manos para escoger entre la vida y la muerte. Esta autoridad fue dada al pueblo de Israel por medio del pacto en Sinai.

Esto nos enseña que cada uno de nosotros tiene la capacidad en nuestras bocas y en nuestras manos para cambiar el rumbo de nuestras vidas. Pero ese poder no lo tenemos en nosotros mismos, sino que HaShem nos lo ha dado. Por medio de la entrega de su Torá y los pactos a Israel, hemos recibido la autoridad para dirigir nuestras vidas y las vidas de nuestros hijos. Y por medio del Mesías, los gentiles podrán entrar en Israel y obtener los mismos privilegios. Nosotros podemos elegir cómo queremos que sea nuestro futuro.

Es posible que nuestra situación pueda ser miserable por las maldiciones que nos hayan alcanzado por nuestros propios pecados, los pecados de nuestros padres y de nuestra nación. Pero HaShem nos ha dado el poder para cambiar el futuro de nuestras vidas y de nuestra nación. ¿Cómo se manifiesta ese poder? Por medio de una sola palabra: “im”. Si obedecemos los estatutos y el resto de los mandamientos, entonces nuestro futuro y el futuro de nuestra nación será cambiado. Tanto la obediencia como la desobediencia de un individuo puede cambiar el rumbo de una nación entera. Tú tienes en tu mano el poder para cambiar esta nación. ¿Cómo? Por medio de tu obediencia a los mandamientos. ¿Quieres cambiar tu vida para bien? Obedece los mandamientos que te aplican. ¿Quieres cambiar esta nación? Pon los juks por obra. Si todos los demás pecan, tú no tienes que pecar por eso. Si todos los demás quebrantan la Torá, tú no tienes que quebrantar la Torá por eso. Tú puedes ir en contra de la corriente y ser diferente, ser santo, ser luz y sal. Este es tu llamado. Si quieres ser obediente, HaShem te ayudará a ser fiel en medio de una generación perversa y maligna. El poder está en tu boca y en tus manos, ¡úsalo!

La palabra hebrea “im” empieza con la primera letra del alfabeto hebreo, la alef. La última letra de la sección de las bendiciones, en el versículo 13, es la última letra del alfabeto hebreo, la tav. Así que en estos versículos hay un resumen de todo el mensaje de las Escrituras desde el principio hasta el fin, desde la alef hasta la tav. ¿Cuál es el mensaje? Si eres fiel serás bendecido en todo sentido. La obediencia es la que trae bendiciones en nuestras vidas. La desobediencia trae maldiciones sobre la vida personal, familiar y nacional. ¿Quieres ser bendecido con riquezas, paz y la presencia de HaShem, según las promesas de estor versículos? ¿Cómo puedes lograrlo? No es por medio del estudio de la Torá. Tampoco es por medio de la oración sin cesar. Ni es por medio de dar dinero a los pobres o a la obra de HaShem. No es por medio de la alabanza u otros sacrificios. Es por medio de la obediencia. La obediencia es mejor que los sacrificios, como está escrito en 1 Samuel 15:22:

Y Shmuel dijo: ¿Se complace HaShem tanto en ofrendas de ascensión y sacrificios como en la obediencia a la voz de HaShem? He aquí, el obedecer es mejor que un sacrificio, y el prestar atención, que la grosura de los carneros.

La obediencia a la Torá de Moshé es el camino a la bendición. La obediencia a los mandamientos que se encuentran en Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio es el camino a la prosperidad, como está escrito en Josué 1:7-8:

Solamente sé fuerte y muy valiente; cuídate de cumplir toda la Torá que Moshé mi siervo te mandó; no te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas. Este rollo de la Torá no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito.

Alguno dirá: “Es imposible cumplir todos los mandamientos.” “HaShem no dio la Torá para que fuera cumplida porque el hombre no es capaz de hacerlo.”

Entonces surge una pregunta: ¿Por qué el Padre celestial dio una Torá al hombre que le es imposible cumplir? ¿No dice la misma Torá que el mandamiento no es demasiado difícil?, como está escrito en Deuteronomio 30:11-16:

Este mandamiento que yo te ordeno hoy no es muy difícil para ti, ni está fuera de tu alcance. No está en el cielo, para que digas: "¿Quién subirá por nosotros al cielo para traérnoslo y hacérnoslo oír a fin de que lo guardemos?" Ni está más allá del mar, para que digas: "¿Quién cruzará el mar por nosotros para traérnoslo y para hacérnoslo oír, a fin de que lo guardemos?" Pues la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la guardes. Mira, yo he puesto hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal; pues te ordeno hoy amar a HaShem tu Elohim, andar en sus caminos y guardar sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y te multipliques, a fin de que HaShem tu Elohim te bendiga en la tierra que vas a entrar para poseerla.

Si fuera imposible cumplir la Torá, ¿cómo es posible que David dice de sí mismo que era justo?, como está escrito en 2 Samuel 22:21-25:

HaShem me ha premiado conforme a mi justicia; conforme a la pureza de mis manos me ha recompensado. Porque he guardado los caminos de HaShem, y no me he apartado impíamente de mi Elohim. Pues todas sus ordenanzas estaban delante de mí, y en cuanto a sus estatutos, no me aparté de ellos. También fui íntegro para con Él, y me guardé de mi iniquidad. Por tanto HaShem me ha recompensado conforme a mi justicia, conforme a mi pureza delante de sus ojos.”

Si fuera imposible cumplir la Torá, ¿cómo es posible que los padres de Yojanán haMatbil podían hacerlo?, como está escrito en Lucas 1:6:

Ambos eran justos delante de Elohim, y se conducían intachablemente en todos los mandamientos y preceptos del Señor.

Otro dirá: “La Torá es sólo para el pueblo judío, no para los gentiles”.

Si fuera así, entonces no habría pecadores entre los gentiles. Como el pecado es la infracción de la Torá, si no hay Torá no hay pecado, cf. 1 Juan 3:4; 1 Corintios 15:56; 1 Timoteo 1:8-11. Si la Torá no es para los gentiles, tampoco hay pecado entre los gentiles y si no hay pecado entre los gentiles, los gentiles no necesitan ser salvos y ¡el Mesías murió en vano por ellos!

26:4 “yo os daré vuestras lluvias en su tiempo, y la tierra dará sus productos, y los árboles del campo darán su fruto.” – El primer resultado de la obediencia es que habrá lluvias desde el cielo en su tiempo. La lluvia en la tierra de Israel es muy importante. Si no hay lluvia no hay alimentos, y si no hay alimentos hay hambre y muerte. Así que la bendición de la lluvia es fundamental para la vida en la tierra de Israel.

Aquí habla de la lluvia en su tiempo. Las lluvias principales en Israel caen en el otoño y en la primavera. En los meses Tishrí y Jeshván viene la lluvia temprana y alrededor del mes de Nisán viene la lluvia tardía. La lluvia temprana es la más fuerte y prepara la tierra para la siembra. La lluvia tardía es menos fuerte pero más importante, porque ayuda a la cosecha a madurar correctamente. Estas dos lluvias son las principales en la tierra de HaShem, como está escrito en Deuteronomio 11:14:

Él dará a vuestra tierra la lluvia a su tiempo, lluvia temprana y lluvia tardía, para que recojas tu grano, tu mosto y tu aceite.

En Joel 2:23 está escrito:

Hijos de Tsión, regocijaos y alegraos en HaShem vuestro Elohim; porque Él os ha dado la lluvia temprana justa, y ha hecho descender para vosotros la lluvia, la lluvia temprana y la tardía como en el principio.

En Jacobo 5:7 está escrito:

Por tanto, hermanos, sed pacientes hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el fruto precioso de la tierra, siendo paciente en ello hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía.

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