Lección 5 Agencia Divina
LECCION 5
CONCEPTOS
HEBRAICOS
Tema
5 – Agencia Divina – Intermediarios-Representantes divinos
La palabra hebrea que ha sido
traducida como “ángel” es “mal’ aj”. Esta palabra aparece alrededor de 200
veces en el Tanaj (AT) y es usada tanto para los mensajeros celestiales como
los terrenales. La palabra “mal’ aj” tiene el significado de enviado,
mensajero, emisario, embajador, representante y agente. La palabra tiene la
misma raíz que “melajá” que significa
obra, trabajo, servicio, trabajo creativo (ver Génesis 2:2).
Por lo tanto, la palabra “malaj”
está relacionada con el hecho de ejercer una función, más que con un tipo de
criatura. Cuando en español se habla de “ángeles” los pensamientos llegan
normalmente a un tipo de ser celestial sobrenatural. Pero la palabra hebrea
“malajim” no sólo tiene que ver con los seres celestiales, puede también
implicar los seres humanos. La palabra indica una función, o misión
encomendada, no una criatura específica.
1. La palabra “malaj” – ángel –
aparece por primera vez en Génesis 16. En los versículos 7-14 está escrito:
“Y el ángel del SEÑOR la
encontró junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente en el
camino de Shur, y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde has venido y a
dónde vas? Y ella le respondió: Huyo de la presencia de mi señora Sarai. Y el
ángel del SEÑOR le dijo: Vuelve a tu señora y sométete a su autoridad. El ángel
del SEÑOR añadió: Multiplicaré de tal manera tu descendencia que no se podrá
contar por su multitud. El ángel del SEÑOR le dijo además: He aquí, has
concebido y darás a luz un hijo; y le llamarás Ismael, porque el SEÑOR ha oído
tu aflicción. Y él será hombre indómito como asno montés; su mano será contra
todos, y la mano de todos contra él, y habitará al oriente de todos sus
hermanos.
“Y Agar llamó el nombre del
SEÑOR que le había hablado: Tú eres un Dios que ve; porque dijo: ¿Estoy todavía
con vida después de verle? Por eso se llamó a aquel pozo Beer-lajai-roi; he
aquí, está entre Cades y Bered.” (LBLA)
Aquí se habla del “malaj” –
mensajero – del Eterno que encuentra a Hagar en el desierto. En este caso se
trata de un ser celestial que el Eterno envía para dar un mensaje a Hagar.
Observe que este mensajero está transmitiendo el mensaje como si fuera el
Eterno y emplea dos maneras de hablar. Primero habla en la primera persona:
“Multiplicaré de tal manera tu descendencia...” Luego habla en la tercera
persona: “el SEÑOR ha oído...” Cuando habla en la primera persona, ¿significa
eso que el ángel que está viendo Hagar sea el mismo Eterno? No, significa que
él es una voz que transmite lo que el Eterno está diciendo.
Hagar dice que fue el Eterno
que le había hablado y que ella había podido ver a Aquel que la ve. ¿Significa
esto que fue el Eterno mismo que se revelaba directamente, sin mediador, sin
enviar un representante? No, significa que el enviado habla en lugar del emisor
y le representa.
Si partimos del principio de
cómo funciona un agente podremos entender del contexto que fue el Eterno que se
estaba revelando por medio de su emisario.
Así el emisario se convierte en
el representante del Eterno y lo que dice el emisario es lo que dice el Eterno,
no importa si habla en la primera o la tercera persona, como “yo” o como “él”.
En el texto hebreo aparece la palabra
“gam” – también – que, en la versión Biblia de las Américas fue traducida como
“todavía”. La versión Reina-Valera 1960 tradujo el texto de esta manera: “¿No
he visto también aquí al que me ve?”. Según la interpretación de Rashi, Hagar está expresando su asombro de que
también en el desierto ella había podido ver a los ángeles, es decir no
solamente en la casa de Avraham, donde fue acostumbrada a ver estos mensajeros
celestiales.
El hecho de que Hagar no tuvo
miedo cuando vio este ángel es una evidencia de que no fue la primera vez que
vio ángeles, en contraste con el padre de Shimshón, Manoaj, que pensó que iba a
morir por haber visto a Elohim (ver Jue. 13:22). Hagar vio ángeles cuatro veces
consecutivos sin atemorizarse.
Si la interpretación de Rashi
es correcta, tendremos que volver a los capítulos anteriores donde habla de
cómo el Eterno se reveló a Avraham y ver de qué manera lo hizo. En Génesis 12:1
está escrito que el Eterno solamente habló a Avram mandándole que saliera de su
tierra y de su parentela.
Pero más adelante en el mismo
capítulo está escrito, según el hebreo, que el Eterno se mostró a él cuando
estaba en Shejem (Siquem) (ver Génesis 12:7). ¿Será que Avraham realmente podía
ver al Eterno? No, tenemos que entender el texto en el sentido de que fue un
mensajero, un agente, que se mostró a Avraham y que representaba al Eterno.
¿Cómo podría Avraham ver al Invisible?
En Números 33:20 está escrito:
“Y añadió: No puedes ver mi
rostro; porque nadie puede verme, y vivir.” (LBLA)
En 1 Timoteo 6:16 está escrito:
“el único que tiene
inmortalidad y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni
puede ver. A El sea la honra y el dominio eterno. Amén.” (LBLA)
Evidentemente Avraham no podía
ver al Eterno. Cuando está escrito que el Eterno se le apareció, o se mostró a
él, fue por medio de un mensajero que lo hizo. Aquí aprendemos el principio de
que el que ha visto un mensajero del Eterno ha visto al Eterno por medio de él.
El próximo texto que habla de
cómo el Eterno se aparece a Avraham está en Génesis 17:1, donde está escrito:
“Cuando Abram tenía noventa y
nueve años, el SEÑOR se le apareció, y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso;
anda delante de mí, y sé perfecto.” (LBLA)
Más adelante, en el versículo
22 del mismo capítulo, está escrito:
“Cuando terminó de hablar con
él, ascendió Dios dejando a Abraham.” (LBLA)
Obviamente el Eterno se
manifestó a Avraham de tal manera que luego se puede decir que ascendió sobre
él, como el texto dice literalmente. Avraham tenía que haber visto a alguien
delante de sí que luego podía ascender.
¿Podía él ver al Eterno? No,
fue un agente que hablaba y actuaba en lugar del Eterno. Consecuentemente lo
que hace y dice el mensajero es atribuido al que le envió, de manera que
prácticamente no se puede ver ninguna diferencia entre el emisor y su agente.
Por lo tanto, el que se ha encontrado con el agente ha visto y oído, por medio
de él, al que lo envió.
Podemos ver un fenómeno similar
en el capítulo 18. En el versículo 1 está escrito que cuando le visitaron tres
hombres el Eterno se apareció, o se mostró, a Avraham.
La Torá llama a uno de ellos
YHVH (ver los versículos 1, 13, 17, 20, 22, 26, 33), y Avraham le llama con el
Nombre. Observe los versículos 22-23 donde está escrito:
“Y se apartaron de allí los
hombres y fueron hacia Sodoma, mientras Abraham estaba todavía de pie delante
del SEÑOR. Y Abraham se acercó, y dijo: ¿En verdad destruirás al justo junto
con el impío?” (LBLA)
Aquí está escrito que Avraham
estaba todavía de pie delante de YHVH, el Eterno, y que se acercó. Aquí se
trata claramente de una revelación corporal del Eterno. ¿Podía Avraham ver al
Invisible? No, fue uno de sus emisarios que recibió el poder para representarle
plenamente en esa ocasión.
Si el Eterno da su Nombre a uno
de sus agentes significa que él le ha delegado su plena autoridad para actuar y
hablar en lugar Suyo. Sin embargo, la Torá no solamente atribuye las palabras y
las obras del agente al emisor, sino también su presencia.
En el judaísmo, cuando el
enviado concluye la obra que le ha sido confiada por el enviador, se dice que
se ha negado completamente a sí mismo y ya no es él, sino el emisor mismo en
él.
Por eso, el agente se vuelve
prácticamente lo mismo que el emisor y lleva su Nombre, cf. Sal. 118:26.
En Éxodo 23:20-22 está escrito:
“He aquí, yo enviaré un ángel
delante de ti, para que te guarde en el camino y te traiga al lugar que yo he
preparado. Sé prudente delante de él y obedece su voz; no seas rebelde contra
él, pues no perdonará vuestra rebelión, porque en él está mi nombre. Pero si en
verdad obedeces su voz y haces todo lo que yo digo, entonces seré enemigo de
tus enemigos y adversario de tus adversarios.” (LBLA)
Aquí vemos que un ángel enviado
puede llevar el Nombre del Eterno y hablar todo lo que el Eterno dice, dentro
del rango de autoridad impuesta; en este caso, este mensajero celestial tenía
un límite: no tenía poder para perdonar pecados: “no perdonará vuestra
rebelión”.
Aquel agente, que llevaba el
nombre YHVH, y que visitó a Avraham junto con dos más, los cuales son llamados
“malajim” – mensajeros, ángeles – (ver 19:1, 15), se quedaba con Avraham
mientras que los otros dos bajaron a Sedom (Sodoma). Evidentemente, la
intercesión de Avraham por Sedom se hizo delante de ese agente que llevaba el
Nombre del Eterno. Más adelante, en el versículo 33 está escrito:
“Y el SEÑOR se fue tan pronto
como acabó de hablar con Abraham; y Abraham volvió a su lugar.” (LBLA)
Aquí no está escrito que el
Eterno subió, como en el capítulo anterior (ver 17:22), sino que se fue. ¿A
dónde fue? Bajó a Sedom, lo cual había dicho antes que iba a hacer, según los
versículos 20-22 donde está escrito:
“Y el SEÑOR dijo: El clamor de
Sodoma y Gomorra ciertamente es grande, y su pecado es sumamente grave.
Descenderé ahora y veré si han hecho en todo conforme a su clamor, el cual ha
llegado hasta mí; y si no, lo sabré. Y se apartaron de allí los hombres y
fueron hacia Sodoma, mientras Abraham estaba todavía de pie delante del SEÑOR.”
(LBLA)
Así que, el Eterno, YHVH,
estaba de camino para bajar a Sedom, pero se quedó un rato para conversar con
Avraham. Este agente que fue llamado YHVH. ¿Quién fue?
Según el texto original
recuperado de Génesis 19:18, el siguiente día Lot llama a los ángeles con el
Nombre de YHVH. La pregunta surge si el tercero, que el día anterior había
estado hablando con Avraham, había llegado y que Lot también le estaba
incluyendo cuando habló con ellos. El hecho es que está escrito que Lot los
llamó YHVH, en plural. Luego pasa a la forma singular. En los versículos 18-22
está escrito:
“Pero Lot les dijo: No, por
favor, señores míos (originalmente YHVH). Ahora he aquí, tu siervo ha hallado
gracia ante tus ojos, y has engrandecido tu misericordia la cual me has
mostrado salvándome la vida; mas no puedo escapar al monte, no sea que el
desastre me alcance, y muera. Ahora he aquí, esta ciudad está bastante cerca
para huir a ella, y es pequeña. Te ruego que me dejes huir allá (¿no es
pequeña?) para salvar mi vida. Y él le respondió: He aquí, te concedo también esta
petición de no destruir la ciudad de que has hablado. Date prisa, escapa allá,
porque nada puedo hacer hasta que llegues allí. Por eso el nombre que se le
puso a la ciudad fue Zoar.” (LBLA)
Observe que sólo uno de los
ángeles contesta a Lot. Podría ser el mismo agente que el día anterior se había
quedado un rato con Avraham antes de bajar a Sedom. El versículo 24 sigue
narrando:
“Entonces el SEÑOR hizo llover
sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego, de parte del SEÑOR desde los cielos.”
En este texto parece que este
hombre, a quien la Torá llama YHVH y que se encuentra en la tierra, es aquel
que hace que venga azufre y fuego desde el cielo, desde YHVH que está en el
cielo.
Este tipo de revelación de YHVH
en la tierra en apariencia humana que de alguna manera está separado de aquel
YHVH que se encuentra en el cielo, ha dado pie a una expresión especial en la
teología judía. Se llama YHVH-Katán, o “Adonai-Katán”, que significa “Pequeño
YHVH”.
Aquí se trata claramente de un
agente, un mensajero, un emisario, un embajador, que baja a la tierra de forma
corporal y se mueve en el mundo físico y que se encuentra en un sólo lugar a la
vez (cf. 19:27), y que lleva el Nombre del Eterno y que también es llamado el
Eterno por los hombres que le encuentran. ¿Quién es ese agente? ¿Será el mismo
YHVH? No, no puede ser, porque al Eterno ningún hombre ha visto ni puede ver”.
Por lo tanto tiene que ser otro que le represente plenamente. Los rabinos le
llaman Adonai-Katán.
Los intérpretes cristianos
encuentran aquí un apoyo para su doctrina de la Trinidad que enseña que el Hijo
de Dios existía eternamente como Dios Hijo y que de esta manera se reveló antes
de nacer en Belén y fue llamado “el Eterno” porque es parte de una Deidad
trinitaria.
Entonces surge la pregunta:
¿Será que Avraham y Lot creían en un Elohim triuno y estaban convencidos de que
este Adonai-Katán fue el Hijo que se revelaba de forma corporal, lo que en la
teología cristiana es llamado cristofanía, revelación de Cristo?
El caso de Hebreos 1:1,2:
“Dios, habiendo hablado hace
mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los
profetas, en estos últimos días nos ha hablado por su Hijo, a quien constituyó
heredero de todas las cosas, por medio de quien hizo también el universo.“
(LBLA)
Observe que está escrito que
Elohim muchas veces y de muchas maneras en los tiempos que precedían al último
tiempo había hablado por medio de los profetas a los ancestros del pueblo
judío, y que ahora, en el último tiempo, ha hablado al pueblo judío por medio
de su Hijo.
Así que, antes hablaba por
medio de los profetas y no por medio del Hijo.
Es evidente que el “Hijo”, esto es el “Mashiaj”, no habló “hace mucho
tiempo”, ni “en muchas ocasiones”, ni de
“muchas maneras”, ni por los “profetas”, pero su voz fue reservada para “estos
últimos días”. Si el Hijo hubiera
hablado desde “antes” entonces no tendría sentido la frase “en estos últimos
días….”
Pero ahora, en el último
tiempo, después de haber venido el Hijo, Elohim ha hablado por medio del Hijo.
El punto principal de este texto es que el Eterno no había hablado al pueblo
escogido por medio del Hijo hasta llegar el último tiempo. El Eterno no habló a
los padres por medio del Hijo. Consecuentemente no fue el Hijo quien hablaba
con Avraham en esta ocasión. Tiene que haber sido otro agente que había
recibido el poder para llevar el Nombre del Eterno en esa ocasión.
En la carta a los Gálatas 4:4
está escrito:
“Pero cuando vino la plenitud
del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley” (LBLA)
De este texto aprendemos dos
cosas. Primero, que el Hijo de Elohim nació de una mujer. Por lo tanto, el
título “Hijo de Dios” no tiene que ver con quién dio a luz. La mujer por medio
de la cual él fue hecho, ni era “Dios” ni “madre de Dios” para que por medio de
ella pudiera ser llamado “Hijo de Dios”. La idea de que Dios pueda reproducirse
sexualmente con encuentros con seres humanos, es completamente ajena al
pensamiento judío y completamente familiar a las religiones paganas.
Los héroes paganos como
“Hércules” por ejemplo, que es el
resultado de una unión sexual entre los dioses y una mujer, nada tiene que ver
con el héroe “Sansón” por ejemplo, quien nace sobrenaturalmente pero
naturalmente, o sea, de padre y madre humanos.
En nuestro estudio del título “Hijo
de Dios” vimos que consiste en una función de máximo representante y juez
supremo y que está conectado especialmente con el prometido Rey Ungido, el
Mesías (cf. 2 Sam 7:12-14; 1 Cron. 17:11-14; 22:9-10; Sal. 2:6-7; Heb. 5:5).
Recuerde que el rey Shlomo (Salomón) llevaba el título “hijo de Dios”. Es un
título que se daba a los reyes de Israel, representantes del Gobierno del
Eterno en la tierra (cf. 1 Crón. 28:5; 29:23; Jer. 3:17; Hech. 1:6).
Recordemos que en las
Escrituras podemos ver que en varias ocasiones el título “Hijo de Dios” es
igual al título “Mesías”.
En Mateo 16:16 está escrito:
“Respondiendo Simón Pedro,
dijo: Tú eres el Mashiaj el Hijo del Dios viviente.”
En Mateo 26:63 el sumo
sacerdote iguala el término Mesías con la expresión “Hijo de Dios”, como está
escrito:
“Mas Ieshoshua callaba. Y el
sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente que nos digas si tú
eres el Mesías, el Hijo de Dios.”
Podemos ver lo mismo en el
relato correspondiente en Lucas 22:66-70:
“Cuando se hizo de día, se
reunió el concilio de los ancianos del pueblo, tanto los principales sacerdotes
como los escribas, y llevaron a Ieshoshua ante su concilio, diciendo: Si tú
eres el Mesías, dínoslo. Pero El les
dijo: Si os lo digo, no creeréis; Luk 22:68
y si os pregunto, no responderéis. Pero de ahora en adelante, EL HIJO
DEL HOMBRE ESTARA SENTADO A LA DIESTRA del poder DE DIOS. Dijeron todos:
Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios? Y El les respondió: Vosotros decís que yo
soy. Y ellos dijeron: ¿Qué necesidad tenemos ya de testimonio? Pues nosotros
mismos lo hemos oído de su propia boca.”
Hay que decir que la reacción
del concilio no fue porque aceptara que era el Mesías, sino por decir la frase,
“poder de YHWH”, traducido “Dios”, pues al mencionar el “nombre sagrado” asunto
que no lo veían con buenos ojos, lo
consideraron una blasfemia. Nada más lejos de la verdad. Afirmar que “yo soy el
Mesías” no tiene nada de blasfemo. Por el contrario, se espera que el Mesías lo
afirme y lo revele a los jueces de Israel.
Es obvio que el título ”Hijo de
Dios” es un título mesiánico que se da a un hombre que ha sido capacitado y
glorificado por medio del poder del Espíritu del Altísimo para ser el Sumo
Sacerdote celestial y para ocupar el trono real de David en Jerusalén para
siempre.
El
Mesías fue enviado en el tiempo justo
Lo segundo que aprendemos del
texto de Gálatas 4:4 es que aquél que es llamado “Hijo de Dios”, es decir el
Mesías – el ungido Sumo Sacerdote y supremo Rey – fue enviado cuando el tiempo
había llegado. Así que, había un tiempo predeterminado cuando aquel hombre que
había nacido de mujer iba a ser enviado. Evidentemente el Hijo no fue enviado
al mundo hasta que había llegado el tiempo. Ahora, si el que fue llamado “Hijo
de Dios” no fue enviado hasta haber sido hecho por medio de una mujer, ¿cómo
podría haber sido enviado a Avraham?
Consecuentemente cuando Pablo
dice en Gálatas que Elohim envió a su Hijo, es decir el Mesías, al mundo
después de haber sido hecho por medio de una mujer, no significa que Ieshoshua
con anterioridad había nacido de Elohim y luego había sido enviado al mundo por
medio del nacimiento de una mujer. Esto no es lo que el texto de Gálatas dice.
Lo que dice es que Ieshoshua, quien sería declarado luego por Hashem, “Adón y
Mashiaj”, fue concebido primero en el seno de una virgen judía y luego, cuando
llegó su tiempo, fue enviado a la Casa de Israel.
En la ocasión de unas bodas, al
faltar el vino, su madre le explica la situación como suplicándole que haga
algo. Ieshoshua respondió: “Aun no ha llegado mi tiempo”. Cuando ese tiempo finalmente llegó, Ieshoshua
mismo abrió su boca delante de todo el pueblo y comenzó su servicio público a
Hashem diciendo: “El tiempo se ha cumplido, la hora para el cumplimiento de las
promesas ha llegado, arrepentíos y creed en ellas”.
Yohanan (Juan) 1; 1,2.
“Lo que existía desde el
principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que
hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca del Verbo de vida
(pues la vida fue manifestada, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y
os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó)”
(LBLA)
Aquí está escrito que aquella
Palabra de Vida que existía desde el principio fue manifestada. ¿Cuándo fue
manifestada? Fue manifestada en el tiempo del emisario Iohanan (Juan) y sus
compañeros y ellos la podían ver y tocar con sus manos. Después de eso podían
dar testimonio de ella y anunciarla. Así que, la vida eterna, que fue
manifestada en un momento histórico, no había sido revelada antes, había estado
escondida con el Padre (cf. Ef. 3:9; 1 Ped. 1:20).
Esa “vida escondida en el seno
del Padre”, fue insuflada en Ieshoshua en el vientre de su madre Miriam. Antes
estaba con el Padre, pero ahora fue manifestada a los apóstoles. Antes no
existía de tal manera que se podía ver o tocar porque todavía no había llegado
al mundo (cf. Yohanan. 1:9). La Palabra todavía no había sido hecha carne (ver Yohanan 1:14).
Entonces ¿cómo el Hijo podía
haberse revelado a Avraham si en ese tiempo estaba escondido con el Padre y no
iba a ser revelado y no iba a venir al mundo hasta más tarde, en el momento de
ser hecho carne? Pero a Avraham se le mostró los días de Mashiaj, él vio esos
días, vio la gran redención que vendría por medio del Mashiaj.
El agente no habla por sí mismo
sino sólo lo que el emisor desea transmitir
Aquel agente que fue enviado a
Avraham junto con dos más, usa el mismo lenguaje que aquel ángel que, según
vimos, antes hablaba con Hagar, es decir tanto en la primera como en la tercera
persona.
En Génesis 18:17-19 está
escrito:
“Entonces los hombres se
levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos para
despedirlos. Y el SEÑOR dijo: ¿Ocultaré a Abraham lo que voy a hacer, puesto
que ciertamente Abraham llegará a ser una nación grande y poderosa, y en él
serán benditas todas las naciones de la tierra? Porque yo lo he escogido para
que mande a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del
SEÑOR, haciendo justicia y juicio, para que el SEÑOR cumpla en Abraham todo lo
que El ha dicho acerca de él.” (LBLA)
Observe que Adonai-Katán es el
que está hablando consigo mismo cuando Avraham está acompañando a los tres
hombres que están bajando a Sedom. Dice que él no podrá ocultar a Avraham lo
que piensa hacer y que él es quien lo ha escogido. Luego hace un giro y habla
del Eterno en tercera persona. Según las reglas gramaticales, en lugar de decir
“el camino del SEÑOR… para que el SEÑOR cumpla…” debería haber dicho: “mi camino…
para que yo cumpla…”. Antes vimos que el ángel que hablaba con Hagar hizo lo
mismo.
Esto nos enseña que el
mensajero representa al que le ha enviado de manera que muchas veces no se
puede percibir ninguna diferencia entre sus palabras. Si el agente dice: “yo”,
puede ser que el que le ha enviado está hablando proféticamente por medio del
agente mismo. Por eso es fácil confundir el agente con el que lo envió. Sin
embargo, no es lo mismo venir en el Nombre del Eterno que ser el Eterno.
Podemos ver el mismo principio
en Génesis 21:17-18, donde está escrito:
“Y oyó Dios la voz del muchacho
que lloraba; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué
tienes, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.
Levántate, alza al muchacho y sostenlo con tu mano; porque yo haré de él una
gran nación.” (LBLA)
El ángel de Elohim llama a
Hagar y dice que Elohim, en la tercera persona – él – , a oído la voz del
muchacho. Luego hace un giro y dice “yo haré de él una gran nación.” ¿Quién le
iba a hacer una gran nación? ¿El ángel? No, el Eterno. Entonces ¿por qué el ángel
dice que él va a hacer de Ishmael una nación grande? Por el hecho de que un
agente ciertamente puede hablar palabras que vienen del emisor sin decir
claramente que el emisor es quien lo dice. Así que no tiene que decir: “Así
dice el SEÑOR.” Obviamente el Eterno puede hablar por medio de un agente de una
manera profética y de esa manera el agente se vuelve una voz en lugar de un
eco.
El mismo principio aparece en
Génesis 22:11-18 donde está escrito:
“Mas el ángel del SEÑOR lo
llamó desde el cielo y dijo: ¡Abraham, Abraham! Y él respondió: Heme aquí. Y el
ángel dijo: No extiendas tu mano contra el muchacho, ni le hagas nada; porque
ahora sé que temes a Dios, ya que no me has rehusado tu hijo, tu único.
Entonces Abraham alzó los ojos y miró, y he aquí, vio un carnero detrás de él
trabado por los cuernos en un matorral; y Abraham fue, tomó el carnero y lo
ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Y llamó Abraham aquel lugar con el
nombre de El SEÑOR Proveerá, como se dice hasta hoy: En el monte del SEÑOR se
proveerá. El ángel del SEÑOR llamó a Abraham por segunda vez desde el cielo, y
dijo: Por mí mismo he jurado, declara el SEÑOR, que por cuanto has hecho esto y
no me has rehusado tu hijo, tu único, de cierto te bendeciré grandemente, y
multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como
la arena en la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de sus
enemigos. Y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra,
porque tú has obedecido mi voz.” (LBLA)
Observe que la primera vez que
el mensajero llama a Avraham, está hablando en la primera persona – yo – sin
decir claramente que está transmitiendo las palabras del Eterno. La oración
“por cuanto has hecho esto y no me has rehusado tu hijo, tu único” prueba que
son las palabras del Eterno. Cuando el ángel llama por segunda vez añade las
palabras: “declara el Eterno”.
Es interesante ver que también
el Eterno habla tanto en la primera como la tercera persona singular. Pues
dice: “ahora sé que temes a Dios (no “a mí”), ya que no me has rehusado tu
hijo, tu único.” Esta manera de hablar se puede encontrar en todas las Escrituras.
Veamos algunos otros ejemplos de ello.
En Éxodo 20:1-7 está escrito:
“Y habló Dios todas estas
palabras, diciendo: Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te saqué de la tierra de
Egipto, de la casa de servidumbre. No tendrás otros dioses delante de mí. No te
harás ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en
la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No los adorarás ni los
servirás; porque yo, el SEÑOR tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la
iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y muestro
misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. No
tomarás el nombre del SEÑOR tu Dios en vano, porque el SEÑOR no tendrá por
inocente al que tome su nombre en vano.” (LBLA)
Tome nota del giro entre la primera
y la tercera persona singular, primero dice: “Yo soy, saqué, mí, yo, soy,
castigo, me, muestro, me, mis” y luego dice: “el Eterno tu Elohim... su nombre”
etc.
En Éxodo 15:26 está escrito:
“Y dijo: Si escuchas
atentamente la voz del SEÑOR tu Dios, y haces lo que es recto ante sus ojos, y
escuchas sus mandamientos, y guardas todos sus estatutos, no te enviaré ninguna
de las enfermedades que envié sobre los egipcios; porque yo, el SEÑOR, soy tu
sanador.” (LBLA)
En Éxodo 23:25 está escrito:
“Mas serviréis al SEÑOR vuestro
Dios, y El bendecirá tu pan y tu agua; y yo quitaré las enfermedades de en
medio de ti.” (LBLA)
Observe el cambio entre la
primera y la tercera persona.
En Éxodo 31:17 está escrito:
“Es una señal entre yo y los
hijos de Israel para siempre; pues en seis días el SEÑOR hizo los cielos y la
tierra, y en el séptimo día cesó de trabajar y reposó.” (LBLA)
Podríamos seguir pasando por
todas las Escrituras y ver que no es raro que el Eterno hable de sí mismo en la
misma oración como la primera persona al igual que la tercera.
Ahora, cuando los agentes
hablan en la primera persona, a pesar de que en la misma oración podrán
mencionar al Eterno en tercera persona, no significa que son ellos mismos los
que hablan, pues podrá ser un mensaje directo del Eterno que el agente esté
transmitiendo. Por lo tanto, el agente sirve como la boca del Eterno.
En Génesis 31:11, 13a está
escrito:
“Entonces el ángel de Dios me
dijo en el sueño: "Jacob"; y yo respondí: "Heme aquí."...
"Yo soy el Dios de Betel, donde tú ungiste un pilar, donde me hiciste un
voto.” (LBLA)
En Jueces 2:-5 está escrito:
“Y el ángel del SEÑOR subió de
Gilgal a Boquim y dijo: Yo os saqué de Egipto y os conduje a la tierra que
había prometido a vuestros padres y dije: "Jamás quebrantaré mi pacto con
vosotros, y en cuanto a vosotros, no haréis pacto con los habitantes de esta
tierra; sus altares derribaréis." Pero vosotros no me habéis obedecido;
¿qué es esto que habéis hecho? Por lo cual también dije: "No los echaré de
delante de vosotros, sino que serán como espinas en vuestro costado, y sus
dioses serán lazo para vosotros." Y sucedió que cuando el ángel del SEÑOR
habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo alzó su voz y
lloró. Y llamaron a aquel lugar Boquim; y allí ofrecieron sacrificio al SEÑOR.”
(LBLA)
En prácticamente todo el
Deuteronomio Moshé es el que habla al pueblo. Sin embargo, a veces es difícil
saber quién está hablando, porque Moshé habla como un agente. Había llegado a
un nivel tan algo de espíritu profético que prácticamente era imposible ver la
diferencia entre sus palabras y las del Eterno.
En Deuteronomio 11:13-17 Mosé
está hablando al pueblo diciendo:
“Si obedeciereis cuidadosamente
a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando al Eterno vuestro Dios, y
sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma, yo daré la
lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu
grano, tu vino y tu aceite. Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y
comerás, y te saciarás. Guardaos, pues,
que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y
os inclinéis a ellos; y se encienda el furor del Eterno sobre vosotros, y
cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis
pronto de la buena tierra que os da el Eterno.” (RV60 revisada)
Observe que Moshé es el que
habla y dice que va a enviar lluvia. ¿Podrá él dar lluvia? No, él está hablando
como un agente en lugar del Eterno.
En Deuteronomio 29:4-7 está
escrito:
“Pero hasta el día de hoy el
SEÑOR no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír.
Yo os he conducido durante cuarenta años en el desierto; no se han gastado los
vestidos sobre vosotros y no se ha gastado la sandalia en vuestro pie. No habéis
comido pan ni habéis bebido vino ni sidra, para que sepáis que yo soy el SEÑOR
vuestro Dios. Cuando llegasteis a este lugar, Sehón, rey de Hesbón, y Og, rey
de Basán, salieron a nuestro encuentro para pelear, pero los derrotamos.”
(LBLA)
Aquí tampoco se puede ver la
diferencia entre las palabras de Moshé y las del Eterno. Esto nos enseña que no
sólo los mensajeros celestiales podrán hablar en primera persona y ser una boca
para el Eterno, sino también los hombres. Así que, un profeta no es un eco sino
una voz, como está escrito en Yohanan (Juan) 1:23:
“El dijo: Yo soy LA VOZ DEL QUE
CLAMA EN EL DESIERTO: "ENDEREZAD EL CAMINO DEL SEÑOR", como dijo el
profeta Isaías.” (LBLA)
El
agente hace lo que hace el emisor
Anteriormente hemos visto que
aquel agente que fue enviado para destruir a Sedom y Amorá hizo caer azufre y
fuego desde el Eterno que está en el cielo. El Eterno actuó por medio del
agente. Así que el agente hizo lo mismo que el Eterno hizo y el Eterno hizo lo
mismo que el agente hizo. Consecuentemente, cuando el agente sube al cielo, el
Eterno está subiendo por medio de él.
En Génesis 35:13 está escrito:
“Entonces Dios subió de su
lado, en el lugar donde había hablado con él.” (LBLA)
En Éxodo 4:31 está escrito:
“y el pueblo creyó. Y al oír
que el SEÑOR había visitado a los hijos de Israel y había visto su aflicción,
se postraron y adoraron.” (LBLA)
El Eterno vino a visitar a los
hijos de Israel en Mitsrayim (Egipto). ¿Cómo lo hizo? Por medio de sus agentes.
En este caso había agentes tanto celestiales como terrenales que estaban
representando al Eterno y que vinieron a visitar al pueblo para sacarlo de
allí. Lo que hicieron los agentes es atribuido al que los envió.
Hubo dos agentes, uno celestial
y un humano, que fueron enviados para liberar al pueblo de la esclavitud.
En Isaías 63:9 está escrito:
“En todas sus angustias El fue
afligido, y el ángel de su presencia los salvó; en su amor y en su compasión
los redimió, los levantó y los sostuvo todos los días de antaño.” (LBLA)
En Números 20:16 está escrito:
"Pero cuando clamamos al
SEÑOR, El oyó nuestra voz y envió un ángel y nos sacó de Egipto. Ahora, mira,
estamos en Cades, un pueblo de la frontera de tu territorio.” (LBLA)
En Éxodo 3:1-12 podemos leer
acerca del encuentro entre Moshé y un agente celestial en una zarza ardiendo,
como está escrito:
“Y Moisés apacentaba el rebaño
de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; y condujo el rebaño hacia el lado
occidental del desierto, y llegó a Horeb, el monte de Dios. Y se le apareció el
ángel del SEÑOR en una llama de fuego, en medio de una zarza; y Moisés miró, y
he aquí, la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces dijo
Moisés: Me acercaré ahora para ver esta maravilla: por qué la zarza no se
quema.
“Cuando el SEÑOR vio que él se
acercaba para mirar, Dios lo llamó de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés,
Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Entonces El dijo: No te acerques aquí;
quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde estás parado es tierra
santa. Y añadió: Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de
Isaac y el Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tenía temor
de mirar a Dios. Y el SEÑOR dijo: Ciertamente he visto la aflicción de mi
pueblo que está en Egipto, y he escuchado su clamor a causa de sus capataces,
pues estoy consciente de sus sufrimientos. Y he descendido para librarlos de
mano de los egipcios, y para sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y
espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al lugar de los cananeos, de los
hititas, de los amorreos, de los ferezeos, de los heveos y de los jebuseos. Y
ahora, he aquí, el clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí, y además
he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. Ahora pues, ven y te
enviaré a Faraón, para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto.
“Pero Moisés dijo a Dios:
¿Quién soy yo para ir a Faraón, y sacar a los hijos de Israel de Egipto? Y El
dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y la señal para ti de que soy yo el que te
ha enviado será ésta: cuando hayas sacado al pueblo de Egipto adoraréis a Dios
en este monte.” (LBLA)
He aquí otro ejemplo claro de
cómo un agente, un ángel, habla y actúa como si fuera el Eterno. Es interesante
notar que está escrito que el Eterno vio que Moshé se acercó. El ángel que se
reveló en la zarza fue llamado tanto YHVH como Elohim, vino en el Nombre del
Eterno. Fue este ángel que acompañó a Moshé a Mitsrayim para liberar al pueblo
(ver Hech. 7:35).
Cuando Moshé fue llamado a ser
un mensajero, él también fue llamado Elohim, según hemos comentado antes (ver
Éx. 4:16; 7:1). Evidentemente el Eterno vino a visitar a su pueblo por medio de
un ángel y por medio de Moshé.
Por lo tanto, cuando un profeta
viene al pueblo, es el Eterno quien viene a visitar a su pueblo (cf. Zac. 10:3;
Luc 1:78; 7:16).
No sólo las palabras del agente
sino también sus actos son atribuidos al emisor. En Éxodo 4:20 está escrito que
Moshé tomó la vara de Elohim en su mano. Más tarde el Eterno dice a Paró
(Faraón) que Él va a golpear las aguas por medio de la vara que está en Su
mano, como está escrito en Éxodo 7:17:
"Así dice el SEÑOR: 'En
esto conocerás que yo soy el SEÑOR: he aquí, yo golpearé con la vara que está
en mi mano las aguas que están en el Nilo, y se convertirán en sangre.” (LBLA)
En el versículo 19 está escrito
que se utilizó la vara de Aharón para golpear las aguas:
“Y el SEÑOR dijo a Moisés: Di a
Aarón: "Toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre
sus ríos, sobre sus arroyos, sobre sus estanques y sobre todos sus depósitos de
agua, para que se conviertan en sangre; y habrá sangre por toda la tierra de
Egipto, tanto en las vasijas de madera como en las de piedra."” (LBLA)
Es obvio que el Eterno está
diciendo que Él está sosteniendo la vara de Aharón en Su mano.
Consecuentemente, cuando Aharón, como agente, golpea las aguas, es el Eterno
quien lo hace por medio de él. Las acciones del agente son atribuidas al
emisor.
En Éxodo 11:4 y 12:12 el Eterno
dice que Él va a pasar por la tierra de Mitsrayim a la medianoche y herir a
todos los primogénitos. En 12:13 Él dice que va a pasar sobre los hijos de
Israel al ver la sangre en sus casas. Obviamente aquí se habla de un mensajero
que iba a ser enviado por la tierra en Su Nombre y que podía ver la sangre y
así pasar sobre las casas de los israelitas. En el versículo 23 está escrito:
“Pues el SEÑOR pasará para
herir a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes
de la puerta, el SEÑOR pasará de largo aquella puerta, y no permitirá que el
ángel destructor entre en vuestras casas para heriros.” (LBLA)
El destructor es un agente
celestial que el Eterno envió para herir a los primogénitos (cf. 1 Cron.
21:15). Lo que hizo el agente es atribuido a aquel que lo envió, como está
escrito en el versículo 29a:
“Y sucedió que a la medianoche,
el SEÑOR hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto...” (LBLA)
Si uno no entiende el principio
de los agentes no es fácil entender estos textos. Entonces uno mezcla los
diferentes personajes y al final no sabe quién hace qué cosa. Si uno entiende
que el Eterno es quien actúa por medio de sus mensajeros y que los mensajeros
llevan el Nombre del Eterno, es fácil entender estos textos.
Podemos ver otro ejemplo más en
Éxodo 13:21 donde está escrito:
“El SEÑOR iba delante de ellos,
de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una
columna de fuego para alumbrarlos, a fin de que anduvieran de día y de noche.”
(LBLA)
En Éxodo 14:19, 24 está
escrito:
“Y el ángel de Dios que había
ido delante del campamento de Israel, se apartó, e iba tras ellos; y la columna
de nube que había ido delante de ellos, se apartó, y se les puso detrás... Y
aconteció que a la vigilia de la mañana, el SEÑOR miró el ejército de los
egipcios desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión en el
ejército de los egipcios.” (LBLA)
El ángel de Elohim de nuevo es
llamado YHVH y las acciones del ángel son acreditadas al Eterno.
He aquí algunos textos que
muestran el mismo principio, Núm. 22:21-35; Deut. 1:33; 31:3; Jue. 6:11-24; 1
Sam. 3:2-10; 1 Crón. 21:12-18; 28:5; 29:23; Zac. 14:4-5; Mal. 3:1; 4:6 (en heb.
3:24); Mat. 9:1-8; comp. Mat. 27:7 con Hech. 1:18; Juan 5:19-23, 30; 14:7-10;
Hech. 2:22; 7:25; 30-35; 2 Cor. 5:19-20; Hebr. 1:1-2; 3:1; 1 Juan 2:23; Rev
1:1, 8; 3:21; 11:15-17; 22:3; 12-13, 16.
El
que ve un agente, ve al que le ha enviado
Si estudiamos los textos que
hablan del principio de agentes vemos que no sólo las palabras y las acciones
del agente son atribuidas al emisor sino, hasta cierto punto, la apariencia, o
radiación del agente. El que ve un agente ve, hasta cierto punto, aquel que le
ha enviado. En cuanto a los mensajeros celestiales, no solamente han sido
creados a la imagen del Eterno, sino ellos pueden también constantemente ver el
rostro del Eterno. De esa manera son llenados de la radiación de Su gloria. Por
lo tanto son muy parecidos al Eterno. Por lo tanto, el que ve un ángel ve
muchísimo del Eterno mismo.
En Génesis 32:24-30 está
escrito:
“Jacob se quedó solo, y un hombre
luchó con él hasta rayar el alba. Cuando vio que no había prevalecido contra
Jacob, lo tocó en la coyuntura del muslo, y se dislocó la coyuntura del muslo
de Jacob mientras luchaba con él. Entonces el hombre dijo: Suéltame porque raya
el alba. Pero Jacob respondió: No te soltaré si no me bendices. Y él le dijo:
¿Cómo te llamas? Y él respondió: Jacob. Y el hombre dijo: Ya no será tu nombre
Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has
prevalecido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Dame a conocer ahora tu
nombre. Pero él respondió: ¿Para qué preguntas por mi nombre? Y lo bendijo
allí. Y Jacob le puso a aquel lugar el nombre de Peniel, porque dijo: He visto
a Dios cara a cara, y ha sido preservada mi vida.” (LBLA)
Según Génesis 32:1 y Oseas 12:4
vemos que Yaakov luchó con un ángel.
En Éxodo 3:2a, 6 está escrito:
“Y se le apareció el ángel del
SEÑOR en una llama de fuego, en medio de una zarza... Y añadió: Yo soy el Dios
de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Entonces
Moisés cubrió su rostro, porque tenía temor de mirar a Dios.” (LBLA)
En Jueces 13:21-22 está
escrito:
“Y el ángel del SEÑOR no volvió
a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces Manoa supo que era el ángel del
SEÑOR. Y Manoa dijo a su mujer: Ciertamente moriremos, porque hemos visto a
Dios.” (LBLA)
Lo mismo sucedió con Moshé
cuando había estado en la nube de gloria del Eterno, su rostro brillaba de la
gloria del Eterno y el pueblo de Israel podía ver algo del Eterno en él y por
medio de él (ver Éx. 34:29-35; 2 Cor. 3:13-18).
En Juan 14:9b está escrito:
“El que me ha visto a mí, ha
visto al Padre.” (LBLA)
Según
uno trata al agente, así trata al que le ha enviado
Por el hecho de que el
mensajero representa al que le ha enviado, todo lo que uno hace a favor o en
contra del mensajero es contado como si se hiciera a favor o en contra del que
lo envió.
En Éxodo 17:2 está escrito:
“Entonces el pueblo contendió
con Moisés, y dijeron: Danos agua para beber. Y Moisés les dijo: ¿Por qué contendéis
conmigo? ¿Por qué tentáis al SEÑOR?” (LBLA)
Cuando el pueblo contendió con
Moshé fue considerado como si hubiera contendido con el Eterno.
En Zacarías 11:13; 12:10 está
escrito:
“Entonces el SEÑOR me dijo:
Arrójalo al alfarero (ese magnífico precio con que me valoraron). Tomé pues,
las treinta piezas de plata y las arrojé al alfarero en la casa del SEÑOR... Y
derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén, el
Espíritu de gracia y de súplica, y me mirarán a mí, a quien han traspasado. Y
se lamentarán por El, como quien se lamenta por un hijo único, y llorarán por
El, como se llora por un primogénito.” (LBLA)
Lo que se hace a favor o en
contra del agente del Eterno se hace a favor o en contra de Él.
En Mateo 10:40-42 está escrito:
“El que os recibe a vosotros, a
mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que recibe a
un profeta como profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un
justo como justo, recibirá recompensa de justo. Y cualquiera que como discípulo
dé de beber aunque sólo sea un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, en
verdad os digo que no perderá su recompensa.” (LBLA)
Un ángel puede llevar el NOMBRE
sagrado: Zacarías 3:1,2
“Me mostró al sumo sacerdote
Josué, el cual estaba delante del ángel de Adonai y Satanás estaba a su mano
derecha para acusarle. Y dijo el Eterno (YHWH) a Satanás: HaShem (YHWH) te
reprenda, oh Satanás; HaShem (YHWH) que ha escogido a Jerusalén te reprenda”.
La frase: “Y dijo el Eterno” no
significa el Eterno mismo, sino el ángel de Adonai que llevaba el NOMBRE
SAGRADO, pues de lo contrario, YHWH no tendría que invocar la autoridad de
YHWH para reprender a satanás,
suficiente decirle: “Te reprendo Satanás”, pero al decir: “HaShem (YHWH) te
reprenda”, es evidente que no era HaShem mismo.
Como este ángel fue enviado
como “agente divino” para representar al Eterno, le fue concedido el honor de
llevar el Nombre Sagrado, no porque fuera HaShem en persona, pero su
representante oficial.
Trabajo
de clase:
1. Dijo el Maestro: (Hillel-Lucas- 10:16)
“El que a vosotros escucha, a
mí me escucha, y el que a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y el que a mí me
rechaza, rechaza al que me envió.” (LBLA).
¿El que escucha a un enviado de
Ieshoshua a quien escucha realmente?
__________________________________________________________________
¿El que rechaza a un enviado de
Ieshoshua a quién rechaza realmente?
__________________________________________________________________
¿El que rechaza a Ieshoshua, a
quién rechaza realmente?
__________________________________________________________________
¿Quién envió a Ieshoshua?
A) Los ángeles__
B) Los profetas__
C) El mismo__
D) El Padre, Dios Todopoderoso__
2. Dijo el Maestro: “El que me
ha visto a mi, ha visto al Padre”, (Yohanan 14): 8-10. ¿Puede el Padre ser
“visto”? ¿Es el Mesías el Padre o el Padre envió al Mesías? Fundamentado en el
principio de “agencia divina”, qué piensa usted que significan esas palabras?
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
3. En Yohanan 12:44-45 está escrito:
“Ieshoshua exclamó y dijo: El que cree en mí, no cree en
mí, sino en aquel que me ha enviado. Y el que me ve, ve al que me ha enviado”.
¿Quién envió a Ieshoshua? ¿Cómo explica usted esas palabras del Maestro: “el
que me ve, ve al que me ha enviado”?
______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
4. Filipenses 2:9 afirma de Ieshoshua:
“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es
sobre todo nombre”.
4:1 ¿Cuál es el Nombre sobre
todo nombre?
4:2 ¿Quién exaltó a Ieshoshua?
4:3 ¿Qué nombre lleva ahora Ieshoshua?
4:4 ¿Es Ieshoshua YHWH o lleva
Su Nombre?
Conclusión
Un agente que es enviado por el
Eterno lleva el Nombre del Eterno, habla las palabras del Eterno, actúa como si
fuera el Eterno y se parece al Eterno. Hemos visto como El Eterno usa tanto a
los agentes celestiales como a los terrenales para llevar a cabo Sus planes en
la tierra.
Muchas veces es difícil ver la
diferencia entre el mensajero y el que lo ha enviado porque el mensajero es la
voz, el brazo y la cara del emisor. Sin embargo, no es lo mismo venir en el
Nombre del Eterno que ser el Eterno. A pesar de eso, es lo mismo recibir a un
mensajero que viene en el Nombre del emisor, que recibir al que lo envió.
Cuando el Eterno envía un
agente nadie puede saltar sobre el agente y tratar directamente con el Eterno,
porque el camino para llegar a Él pasa por su mensajero. Por lo tanto, el que
rechaza a un mensajero rechaza al que lo envió.
Yo
soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.
Si
me hubierais conocido, también hubierais conocido a mi Padre; desde ahora le
conocéis y le habéis visto. (Juan 14:6-7)
Ieshoshua como Mashiaj es la
final y completa revelación de HaShem, toda autoridad y representatividad se le
ha concedido, él gobernará por HaShem a Israel y a todo el universo
creado. Mashiaj es el final y
plenipotenciario representante del Eterno. Nadie está sobre él, excepto HaShem
mismo, pues así como el hombre es la cabeza de la mujer y Mashiaj la cabeza de
todo hombre, así HaShem es la cabeza de Mashiaj.
HaShem le entregó a Ieshoshua
todas las cosas, exceptuando él mismo por supuesto como está escrito: (1 Cor.
15:27)
“Porque todas las cosas las
sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas
a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas”.
Cuando finalmente todo haya
sido consumado, y el Mesías haya sujetado a todos bajo el dominio del Eterno, Ieshoshua
entregará el Reino de Israel y el mundo a HaShem, a partir de este momento, el
Reino y el Dominio pasarán directamente a
las manos del Eterno y ya no habrá más necesidad de intermediarios ni
representantes pues HaShem mismo gobernará en persona.
Así está escrito (1 Cor.
15:28): “Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el
Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea
todo en todos” Este traspaso final de autoridad cierra el círculo de la
redención.
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