Lección 5 Agencia Divina

LECCION 5
CONCEPTOS HEBRAICOS

Tema 5 – Agencia Divina – Intermediarios-Representantes divinos

La palabra hebrea que ha sido traducida como “ángel” es “mal’ aj”. Esta palabra aparece alrededor de 200 veces en el Tanaj (AT) y es usada tanto para los mensajeros celestiales como los terrenales. La palabra “mal’ aj” tiene el significado de enviado, mensajero, emisario, embajador, representante y agente. La palabra tiene la misma raíz que “melajá”  que significa obra, trabajo, servicio, trabajo creativo (ver Génesis 2:2).

Por lo tanto, la palabra “malaj” está relacionada con el hecho de ejercer una función, más que con un tipo de criatura. Cuando en español se habla de “ángeles” los pensamientos llegan normalmente a un tipo de ser celestial sobrenatural. Pero la palabra hebrea “malajim” no sólo tiene que ver con los seres celestiales, puede también implicar los seres humanos. La palabra indica una función, o misión encomendada, no una criatura específica.

1. La palabra “malaj” – ángel – aparece por primera vez en Génesis 16. En los versículos 7-14 está escrito:

“Y el ángel del SEÑOR la encontró junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente en el camino de Shur, y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde has venido y a dónde vas? Y ella le respondió: Huyo de la presencia de mi señora Sarai. Y el ángel del SEÑOR le dijo: Vuelve a tu señora y sométete a su autoridad. El ángel del SEÑOR añadió: Multiplicaré de tal manera tu descendencia que no se podrá contar por su multitud. El ángel del SEÑOR le dijo además: He aquí, has concebido y darás a luz un hijo; y le llamarás Ismael, porque el SEÑOR ha oído tu aflicción. Y él será hombre indómito como asno montés; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y habitará al oriente de todos sus hermanos.

“Y Agar llamó el nombre del SEÑOR que le había hablado: Tú eres un Dios que ve; porque dijo: ¿Estoy todavía con vida después de verle? Por eso se llamó a aquel pozo Beer-lajai-roi; he aquí, está entre Cades y Bered.” (LBLA)

Aquí se habla del “malaj” – mensajero – del Eterno que encuentra a Hagar en el desierto. En este caso se trata de un ser celestial que el Eterno envía para dar un mensaje a Hagar. Observe que este mensajero está transmitiendo el mensaje como si fuera el Eterno y emplea dos maneras de hablar. Primero habla en la primera persona: “Multiplicaré de tal manera tu descendencia...” Luego habla en la tercera persona: “el SEÑOR ha oído...” Cuando habla en la primera persona, ¿significa eso que el ángel que está viendo Hagar sea el mismo Eterno? No, significa que él es una voz que transmite lo que el Eterno está diciendo.

Hagar dice que fue el Eterno que le había hablado y que ella había podido ver a Aquel que la ve. ¿Significa esto que fue el Eterno mismo que se revelaba directamente, sin mediador, sin enviar un representante? No, significa que el enviado habla en lugar del emisor y le representa.

Si partimos del principio de cómo funciona un agente podremos entender del contexto que fue el Eterno que se estaba revelando por medio de su emisario.

Así el emisario se convierte en el representante del Eterno y lo que dice el emisario es lo que dice el Eterno, no importa si habla en la primera o la tercera persona, como “yo” o como “él”.

En el texto hebreo aparece la palabra “gam” – también – que, en la versión Biblia de las Américas fue traducida como “todavía”. La versión Reina-Valera 1960 tradujo el texto de esta manera: “¿No he visto también aquí al que me ve?”. Según la interpretación de Rashi,  Hagar está expresando su asombro de que también en el desierto ella había podido ver a los ángeles, es decir no solamente en la casa de Avraham, donde fue acostumbrada a ver estos mensajeros celestiales.

El hecho de que Hagar no tuvo miedo cuando vio este ángel es una evidencia de que no fue la primera vez que vio ángeles, en contraste con el padre de Shimshón, Manoaj, que pensó que iba a morir por haber visto a Elohim (ver Jue. 13:22). Hagar vio ángeles cuatro veces consecutivos sin atemorizarse.

Si la interpretación de Rashi es correcta, tendremos que volver a los capítulos anteriores donde habla de cómo el Eterno se reveló a Avraham y ver de qué manera lo hizo. En Génesis 12:1 está escrito que el Eterno solamente habló a Avram mandándole que saliera de su tierra y de su parentela.

Pero más adelante en el mismo capítulo está escrito, según el hebreo, que el Eterno se mostró a él cuando estaba en Shejem (Siquem) (ver Génesis 12:7). ¿Será que Avraham realmente podía ver al Eterno? No, tenemos que entender el texto en el sentido de que fue un mensajero, un agente, que se mostró a Avraham y que representaba al Eterno. ¿Cómo podría Avraham ver al Invisible?

En Números 33:20 está escrito:

“Y añadió: No puedes ver mi rostro; porque nadie puede verme, y vivir.” (LBLA)

En 1 Timoteo 6:16 está escrito:

“el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A El sea la honra y el dominio eterno. Amén.” (LBLA)

Evidentemente Avraham no podía ver al Eterno. Cuando está escrito que el Eterno se le apareció, o se mostró a él, fue por medio de un mensajero que lo hizo. Aquí aprendemos el principio de que el que ha visto un mensajero del Eterno ha visto al Eterno por medio de él.

El próximo texto que habla de cómo el Eterno se aparece a Avraham está en Génesis 17:1, donde está escrito:

“Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el SEÑOR se le apareció, y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí, y sé perfecto.” (LBLA)

Más adelante, en el versículo 22 del mismo capítulo, está escrito:

“Cuando terminó de hablar con él, ascendió Dios dejando a Abraham.” (LBLA)

Obviamente el Eterno se manifestó a Avraham de tal manera que luego se puede decir que ascendió sobre él, como el texto dice literalmente. Avraham tenía que haber visto a alguien delante de sí que luego podía ascender.

¿Podía él ver al Eterno? No, fue un agente que hablaba y actuaba en lugar del Eterno. Consecuentemente lo que hace y dice el mensajero es atribuido al que le envió, de manera que prácticamente no se puede ver ninguna diferencia entre el emisor y su agente. Por lo tanto, el que se ha encontrado con el agente ha visto y oído, por medio de él, al que lo envió.

Podemos ver un fenómeno similar en el capítulo 18. En el versículo 1 está escrito que cuando le visitaron tres hombres el Eterno se apareció, o se mostró, a Avraham.

La Torá llama a uno de ellos YHVH (ver los versículos 1, 13, 17, 20, 22, 26, 33), y Avraham le llama con el Nombre. Observe los versículos 22-23 donde está escrito:

“Y se apartaron de allí los hombres y fueron hacia Sodoma, mientras Abraham estaba todavía de pie delante del SEÑOR. Y Abraham se acercó, y dijo: ¿En verdad destruirás al justo junto con el impío?” (LBLA)

Aquí está escrito que Avraham estaba todavía de pie delante de YHVH, el Eterno, y que se acercó. Aquí se trata claramente de una revelación corporal del Eterno. ¿Podía Avraham ver al Invisible? No, fue uno de sus emisarios que recibió el poder para representarle plenamente en esa ocasión.

Si el Eterno da su Nombre a uno de sus agentes significa que él le ha delegado su plena autoridad para actuar y hablar en lugar Suyo. Sin embargo, la Torá no solamente atribuye las palabras y las obras del agente al emisor, sino también su presencia.

En el judaísmo, cuando el enviado concluye la obra que le ha sido confiada por el enviador, se dice que se ha negado completamente a sí mismo y ya no es él, sino el emisor mismo en él.

Por eso, el agente se vuelve prácticamente lo mismo que el emisor y lleva su Nombre, cf. Sal. 118:26.

En Éxodo 23:20-22 está escrito:

“He aquí, yo enviaré un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te traiga al lugar que yo he preparado. Sé prudente delante de él y obedece su voz; no seas rebelde contra él, pues no perdonará vuestra rebelión, porque en él está mi nombre. Pero si en verdad obedeces su voz y haces todo lo que yo digo, entonces seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios.” (LBLA)

Aquí vemos que un ángel enviado puede llevar el Nombre del Eterno y hablar todo lo que el Eterno dice, dentro del rango de autoridad impuesta; en este caso, este mensajero celestial tenía un límite: no tenía poder para perdonar pecados: “no perdonará vuestra rebelión”.

Aquel agente, que llevaba el nombre YHVH, y que visitó a Avraham junto con dos más, los cuales son llamados “malajim” – mensajeros, ángeles – (ver 19:1, 15), se quedaba con Avraham mientras que los otros dos bajaron a Sedom (Sodoma). Evidentemente, la intercesión de Avraham por Sedom se hizo delante de ese agente que llevaba el Nombre del Eterno. Más adelante, en el versículo 33 está escrito:

“Y el SEÑOR se fue tan pronto como acabó de hablar con Abraham; y Abraham volvió a su lugar.” (LBLA)
Aquí no está escrito que el Eterno subió, como en el capítulo anterior (ver 17:22), sino que se fue. ¿A dónde fue? Bajó a Sedom, lo cual había dicho antes que iba a hacer, según los versículos 20-22 donde está escrito:

“Y el SEÑOR dijo: El clamor de Sodoma y Gomorra ciertamente es grande, y su pecado es sumamente grave. Descenderé ahora y veré si han hecho en todo conforme a su clamor, el cual ha llegado hasta mí; y si no, lo sabré. Y se apartaron de allí los hombres y fueron hacia Sodoma, mientras Abraham estaba todavía de pie delante del SEÑOR.” (LBLA)

Así que, el Eterno, YHVH, estaba de camino para bajar a Sedom, pero se quedó un rato para conversar con Avraham. Este agente que fue llamado YHVH. ¿Quién fue?

Según el texto original recuperado de Génesis 19:18, el siguiente día Lot llama a los ángeles con el Nombre de YHVH. La pregunta surge si el tercero, que el día anterior había estado hablando con Avraham, había llegado y que Lot también le estaba incluyendo cuando habló con ellos. El hecho es que está escrito que Lot los llamó YHVH, en plural. Luego pasa a la forma singular. En los versículos 18-22 está escrito:

“Pero Lot les dijo: No, por favor, señores míos (originalmente YHVH). Ahora he aquí, tu siervo ha hallado gracia ante tus ojos, y has engrandecido tu misericordia la cual me has mostrado salvándome la vida; mas no puedo escapar al monte, no sea que el desastre me alcance, y muera. Ahora he aquí, esta ciudad está bastante cerca para huir a ella, y es pequeña. Te ruego que me dejes huir allá (¿no es pequeña?) para salvar mi vida. Y él le respondió: He aquí, te concedo también esta petición de no destruir la ciudad de que has hablado. Date prisa, escapa allá, porque nada puedo hacer hasta que llegues allí. Por eso el nombre que se le puso a la ciudad fue Zoar.” (LBLA)

Observe que sólo uno de los ángeles contesta a Lot. Podría ser el mismo agente que el día anterior se había quedado un rato con Avraham antes de bajar a Sedom. El versículo 24 sigue narrando:

“Entonces el SEÑOR hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego, de parte del SEÑOR desde los cielos.”
En este texto parece que este hombre, a quien la Torá llama YHVH y que se encuentra en la tierra, es aquel que hace que venga azufre y fuego desde el cielo, desde YHVH que está en el cielo.

Este tipo de revelación de YHVH en la tierra en apariencia humana que de alguna manera está separado de aquel YHVH que se encuentra en el cielo, ha dado pie a una expresión especial en la teología judía. Se llama YHVH-Katán, o “Adonai-Katán”, que significa “Pequeño YHVH”.

Aquí se trata claramente de un agente, un mensajero, un emisario, un embajador, que baja a la tierra de forma corporal y se mueve en el mundo físico y que se encuentra en un sólo lugar a la vez (cf. 19:27), y que lleva el Nombre del Eterno y que también es llamado el Eterno por los hombres que le encuentran. ¿Quién es ese agente? ¿Será el mismo YHVH? No, no puede ser, porque al Eterno ningún hombre ha visto ni puede ver”. Por lo tanto tiene que ser otro que le represente plenamente. Los rabinos le llaman Adonai-Katán.

Los intérpretes cristianos encuentran aquí un apoyo para su doctrina de la Trinidad que enseña que el Hijo de Dios existía eternamente como Dios Hijo y que de esta manera se reveló antes de nacer en Belén y fue llamado “el Eterno” porque es parte de una Deidad trinitaria.

Entonces surge la pregunta: ¿Será que Avraham y Lot creían en un Elohim triuno y estaban convencidos de que este Adonai-Katán fue el Hijo que se revelaba de forma corporal, lo que en la teología cristiana es llamado cristofanía, revelación de Cristo?

El caso de Hebreos 1:1,2:

“Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas, por medio de quien hizo también el universo.“ (LBLA)

Observe que está escrito que Elohim muchas veces y de muchas maneras en los tiempos que precedían al último tiempo había hablado por medio de los profetas a los ancestros del pueblo judío, y que ahora, en el último tiempo, ha hablado al pueblo judío por medio de su Hijo.

Así que, antes hablaba por medio de los profetas y no por medio del Hijo.  Es evidente que el “Hijo”, esto es el “Mashiaj”, no habló “hace mucho tiempo”,  ni “en muchas ocasiones”, ni de “muchas maneras”, ni por los “profetas”, pero su voz fue reservada para “estos últimos días”.   Si el Hijo hubiera hablado desde “antes” entonces no tendría sentido la frase “en estos últimos días….”

Pero ahora, en el último tiempo, después de haber venido el Hijo, Elohim ha hablado por medio del Hijo. El punto principal de este texto es que el Eterno no había hablado al pueblo escogido por medio del Hijo hasta llegar el último tiempo. El Eterno no habló a los padres por medio del Hijo. Consecuentemente no fue el Hijo quien hablaba con Avraham en esta ocasión. Tiene que haber sido otro agente que había recibido el poder para llevar el Nombre del Eterno en esa ocasión.

En la carta a los Gálatas 4:4 está escrito:

“Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley” (LBLA)

De este texto aprendemos dos cosas. Primero, que el Hijo de Elohim nació de una mujer. Por lo tanto, el título “Hijo de Dios” no tiene que ver con quién dio a luz. La mujer por medio de la cual él fue hecho, ni era “Dios” ni “madre de Dios” para que por medio de ella pudiera ser llamado “Hijo de Dios”. La idea de que Dios pueda reproducirse sexualmente con encuentros con seres humanos, es completamente ajena al pensamiento judío y completamente familiar a las religiones paganas.

Los héroes paganos como “Hércules”  por ejemplo, que es el resultado de una unión sexual entre los dioses y una mujer, nada tiene que ver con el héroe “Sansón” por ejemplo, quien nace sobrenaturalmente pero naturalmente, o sea, de padre y madre humanos.

En nuestro estudio del título “Hijo de Dios” vimos que consiste en una función de máximo representante y juez supremo y que está conectado especialmente con el prometido Rey Ungido, el Mesías (cf. 2 Sam 7:12-14; 1 Cron. 17:11-14; 22:9-10; Sal. 2:6-7; Heb. 5:5). Recuerde que el rey Shlomo (Salomón) llevaba el título “hijo de Dios”. Es un título que se daba a los reyes de Israel, representantes del Gobierno del Eterno en la tierra (cf. 1 Crón. 28:5; 29:23; Jer. 3:17; Hech. 1:6).

Recordemos que en las Escrituras podemos ver que en varias ocasiones el título “Hijo de Dios” es igual al título “Mesías”.

En Mateo 16:16 está escrito:

“Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Mashiaj el Hijo del Dios viviente.”

En Mateo 26:63 el sumo sacerdote iguala el término Mesías con la expresión “Hijo de Dios”, como está escrito:

“Mas Ieshoshua callaba. Y el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios.”

Podemos ver lo mismo en el relato correspondiente en Lucas 22:66-70:
“Cuando se hizo de día, se reunió el concilio de los ancianos del pueblo, tanto los principales sacerdotes como los escribas, y llevaron a Ieshoshua ante su concilio, diciendo: Si tú eres el  Mesías, dínoslo. Pero El les dijo: Si os lo digo, no creeréis; Luk 22:68  y si os pregunto, no responderéis. Pero de ahora en adelante, EL HIJO DEL HOMBRE ESTARA SENTADO A LA DIESTRA del poder DE DIOS. Dijeron todos: Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios? Y El les respondió: Vosotros decís que yo soy. Y ellos dijeron: ¿Qué necesidad tenemos ya de testimonio? Pues nosotros mismos lo hemos oído de su propia boca.”

Hay que decir que la reacción del concilio no fue porque aceptara que era el Mesías, sino por decir la frase, “poder de YHWH”, traducido “Dios”, pues al mencionar el “nombre sagrado” asunto que no lo veían con  buenos ojos, lo consideraron una blasfemia. Nada más lejos de la verdad. Afirmar que “yo soy el Mesías” no tiene nada de blasfemo. Por el contrario, se espera que el Mesías lo afirme y lo revele a los jueces de Israel.

Es obvio que el título ”Hijo de Dios” es un título mesiánico que se da a un hombre que ha sido capacitado y glorificado por medio del poder del Espíritu del Altísimo para ser el Sumo Sacerdote celestial y para ocupar el trono real de David en Jerusalén para siempre.

El Mesías fue enviado en el tiempo justo

Lo segundo que aprendemos del texto de Gálatas 4:4 es que aquél que es llamado “Hijo de Dios”, es decir el Mesías – el ungido Sumo Sacerdote y supremo Rey – fue enviado cuando el tiempo había llegado. Así que, había un tiempo predeterminado cuando aquel hombre que había nacido de mujer iba a ser enviado. Evidentemente el Hijo no fue enviado al mundo hasta que había llegado el tiempo. Ahora, si el que fue llamado “Hijo de Dios” no fue enviado hasta haber sido hecho por medio de una mujer, ¿cómo podría haber sido enviado a Avraham?

Consecuentemente cuando Pablo dice en Gálatas que Elohim envió a su Hijo, es decir el Mesías, al mundo después de haber sido hecho por medio de una mujer, no significa que Ieshoshua con anterioridad había nacido de Elohim y luego había sido enviado al mundo por medio del nacimiento de una mujer. Esto no es lo que el texto de Gálatas dice. Lo que dice es que Ieshoshua, quien sería declarado luego por Hashem, “Adón y Mashiaj”, fue concebido primero en el seno de una virgen judía y luego, cuando llegó su tiempo, fue enviado a la Casa de Israel.

En la ocasión de unas bodas, al faltar el vino, su madre le explica la situación como suplicándole que haga algo. Ieshoshua respondió: “Aun no ha llegado mi tiempo”.  Cuando ese tiempo finalmente llegó, Ieshoshua mismo abrió su boca delante de todo el pueblo y comenzó su servicio público a Hashem diciendo: “El tiempo se ha cumplido, la hora para el cumplimiento de las promesas ha llegado, arrepentíos y creed en ellas”.

Yohanan (Juan) 1; 1,2.

“Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca del Verbo de vida (pues la vida fue manifestada, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó)” (LBLA)

Aquí está escrito que aquella Palabra de Vida que existía desde el principio fue manifestada. ¿Cuándo fue manifestada? Fue manifestada en el tiempo del emisario Iohanan (Juan) y sus compañeros y ellos la podían ver y tocar con sus manos. Después de eso podían dar testimonio de ella y anunciarla. Así que, la vida eterna, que fue manifestada en un momento histórico, no había sido revelada antes, había estado escondida con el Padre (cf. Ef. 3:9; 1 Ped. 1:20).

Esa “vida escondida en el seno del Padre”, fue insuflada en Ieshoshua en el vientre de su madre Miriam. Antes estaba con el Padre, pero ahora fue manifestada a los apóstoles. Antes no existía de tal manera que se podía ver o tocar porque todavía no había llegado al mundo (cf. Yohanan. 1:9). La Palabra todavía no había sido hecha carne (ver Yohanan  1:14).

Entonces ¿cómo el Hijo podía haberse revelado a Avraham si en ese tiempo estaba escondido con el Padre y no iba a ser revelado y no iba a venir al mundo hasta más tarde, en el momento de ser hecho carne? Pero a Avraham se le mostró los días de Mashiaj, él vio esos días, vio la gran redención que vendría por medio del Mashiaj.

El agente no habla por sí mismo sino sólo lo que el emisor desea transmitir

Aquel agente que fue enviado a Avraham junto con dos más, usa el mismo lenguaje que aquel ángel que, según vimos, antes hablaba con Hagar, es decir tanto en la primera como en la tercera persona.

En Génesis 18:17-19 está escrito:

“Entonces los hombres se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos para despedirlos. Y el SEÑOR dijo: ¿Ocultaré a Abraham lo que voy a hacer, puesto que ciertamente Abraham llegará a ser una nación grande y poderosa, y en él serán benditas todas las naciones de la tierra? Porque yo lo he escogido para que mande a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del SEÑOR, haciendo justicia y juicio, para que el SEÑOR cumpla en Abraham todo lo que El ha dicho acerca de él.” (LBLA)

Observe que Adonai-Katán es el que está hablando consigo mismo cuando Avraham está acompañando a los tres hombres que están bajando a Sedom. Dice que él no podrá ocultar a Avraham lo que piensa hacer y que él es quien lo ha escogido. Luego hace un giro y habla del Eterno en tercera persona. Según las reglas gramaticales, en lugar de decir “el camino del SEÑOR… para que el SEÑOR cumpla…” debería haber dicho: “mi camino… para que yo cumpla…”. Antes vimos que el ángel que hablaba con Hagar hizo lo mismo.

Esto nos enseña que el mensajero representa al que le ha enviado de manera que muchas veces no se puede percibir ninguna diferencia entre sus palabras. Si el agente dice: “yo”, puede ser que el que le ha enviado está hablando proféticamente por medio del agente mismo. Por eso es fácil confundir el agente con el que lo envió. Sin embargo, no es lo mismo venir en el Nombre del Eterno que ser el Eterno.

Podemos ver el mismo principio en Génesis 21:17-18, donde está escrito:

“Y oyó Dios la voz del muchacho que lloraba; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. Levántate, alza al muchacho y sostenlo con tu mano; porque yo haré de él una gran nación.” (LBLA)

El ángel de Elohim llama a Hagar y dice que Elohim, en la tercera persona – él – , a oído la voz del muchacho. Luego hace un giro y dice “yo haré de él una gran nación.” ¿Quién le iba a hacer una gran nación? ¿El ángel? No, el Eterno. Entonces ¿por qué el ángel dice que él va a hacer de Ishmael una nación grande? Por el hecho de que un agente ciertamente puede hablar palabras que vienen del emisor sin decir claramente que el emisor es quien lo dice. Así que no tiene que decir: “Así dice el SEÑOR.” Obviamente el Eterno puede hablar por medio de un agente de una manera profética y de esa manera el agente se vuelve una voz en lugar de un eco.

El mismo principio aparece en Génesis 22:11-18 donde está escrito:

“Mas el ángel del SEÑOR lo llamó desde el cielo y dijo: ¡Abraham, Abraham! Y él respondió: Heme aquí. Y el ángel dijo: No extiendas tu mano contra el muchacho, ni le hagas nada; porque ahora sé que temes a Dios, ya que no me has rehusado tu hijo, tu único. Entonces Abraham alzó los ojos y miró, y he aquí, vio un carnero detrás de él trabado por los cuernos en un matorral; y Abraham fue, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Y llamó Abraham aquel lugar con el nombre de El SEÑOR Proveerá, como se dice hasta hoy: En el monte del SEÑOR se proveerá. El ángel del SEÑOR llamó a Abraham por segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, declara el SEÑOR, que por cuanto has hecho esto y no me has rehusado tu hijo, tu único, de cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos. Y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque tú has obedecido mi voz.” (LBLA)

Observe que la primera vez que el mensajero llama a Avraham, está hablando en la primera persona – yo – sin decir claramente que está transmitiendo las palabras del Eterno. La oración “por cuanto has hecho esto y no me has rehusado tu hijo, tu único” prueba que son las palabras del Eterno. Cuando el ángel llama por segunda vez añade las palabras: “declara el Eterno”.

Es interesante ver que también el Eterno habla tanto en la primera como la tercera persona singular. Pues dice: “ahora sé que temes a Dios (no “a mí”), ya que no me has rehusado tu hijo, tu único.” Esta manera de hablar se puede encontrar en todas las Escrituras. Veamos algunos otros ejemplos de ello.

En Éxodo 20:1-7 está escrito:
“Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre. No tendrás otros dioses delante de mí. No te harás ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No los adorarás ni los servirás; porque yo, el SEÑOR tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación  de los que me aborrecen, y muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. No tomarás el nombre del SEÑOR tu Dios en vano, porque el SEÑOR no tendrá por inocente al que tome su nombre en vano.” (LBLA)

Tome nota del giro entre la primera y la tercera persona singular, primero dice: “Yo soy, saqué, mí, yo, soy, castigo, me, muestro, me, mis” y luego dice: “el Eterno tu Elohim... su nombre” etc.

En Éxodo 15:26 está escrito:

“Y dijo: Si escuchas atentamente la voz del SEÑOR tu Dios, y haces lo que es recto ante sus ojos, y escuchas sus mandamientos, y guardas todos sus estatutos, no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios; porque yo, el SEÑOR, soy tu sanador.” (LBLA)

En Éxodo 23:25 está escrito:

“Mas serviréis al SEÑOR vuestro Dios, y El bendecirá tu pan y tu agua; y yo quitaré las enfermedades de en medio de ti.” (LBLA)

Observe el cambio entre la primera y la tercera persona.

En Éxodo 31:17 está escrito:

“Es una señal entre yo y los hijos de Israel para siempre; pues en seis días el SEÑOR hizo los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó de trabajar y reposó.” (LBLA)

Podríamos seguir pasando por todas las Escrituras y ver que no es raro que el Eterno hable de sí mismo en la misma oración como la primera persona al igual que la tercera.

Ahora, cuando los agentes hablan en la primera persona, a pesar de que en la misma oración podrán mencionar al Eterno en tercera persona, no significa que son ellos mismos los que hablan, pues podrá ser un mensaje directo del Eterno que el agente esté transmitiendo. Por lo tanto, el agente sirve como la boca del Eterno.

En Génesis 31:11, 13a está escrito:

“Entonces el ángel de Dios me dijo en el sueño: "Jacob"; y yo respondí: "Heme aquí."... "Yo soy el Dios de Betel, donde tú ungiste un pilar, donde me hiciste un voto.” (LBLA)

En Jueces 2:-5 está escrito:

“Y el ángel del SEÑOR subió de Gilgal a Boquim y dijo: Yo os saqué de Egipto y os conduje a la tierra que había prometido a vuestros padres y dije: "Jamás quebrantaré mi pacto con vosotros, y en cuanto a vosotros, no haréis pacto con los habitantes de esta tierra; sus altares derribaréis." Pero vosotros no me habéis obedecido; ¿qué es esto que habéis hecho? Por lo cual también dije: "No los echaré de delante de vosotros, sino que serán como espinas en vuestro costado, y sus dioses serán lazo para vosotros." Y sucedió que cuando el ángel del SEÑOR habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo alzó su voz y lloró. Y llamaron a aquel lugar Boquim; y allí ofrecieron sacrificio al SEÑOR.” (LBLA)

En prácticamente todo el Deuteronomio Moshé es el que habla al pueblo. Sin embargo, a veces es difícil saber quién está hablando, porque Moshé habla como un agente. Había llegado a un nivel tan algo de espíritu profético que prácticamente era imposible ver la diferencia entre sus palabras y las del Eterno.

En Deuteronomio 11:13-17 Mosé está hablando al pueblo diciendo:

“Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando al Eterno vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma, yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite. Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y comerás, y te saciarás.  Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos; y se encienda el furor del Eterno sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis pronto de la buena tierra que os da el Eterno.” (RV60 revisada)

Observe que Moshé es el que habla y dice que va a enviar lluvia. ¿Podrá él dar lluvia? No, él está hablando como un agente en lugar del Eterno.

En Deuteronomio 29:4-7 está escrito:

“Pero hasta el día de hoy el SEÑOR no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír. Yo os he conducido durante cuarenta años en el desierto; no se han gastado los vestidos sobre vosotros y no se ha gastado la sandalia en vuestro pie. No habéis comido pan ni habéis bebido vino ni sidra, para que sepáis que yo soy el SEÑOR vuestro Dios. Cuando llegasteis a este lugar, Sehón, rey de Hesbón, y Og, rey de Basán, salieron a nuestro encuentro para pelear, pero los derrotamos.” (LBLA)
Aquí tampoco se puede ver la diferencia entre las palabras de Moshé y las del Eterno. Esto nos enseña que no sólo los mensajeros celestiales podrán hablar en primera persona y ser una boca para el Eterno, sino también los hombres. Así que, un profeta no es un eco sino una voz, como está escrito en Yohanan (Juan) 1:23:

“El dijo: Yo soy LA VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: "ENDEREZAD EL CAMINO DEL SEÑOR", como dijo el profeta Isaías.” (LBLA)

El agente hace lo que hace el emisor

Anteriormente hemos visto que aquel agente que fue enviado para destruir a Sedom y Amorá hizo caer azufre y fuego desde el Eterno que está en el cielo. El Eterno actuó por medio del agente. Así que el agente hizo lo mismo que el Eterno hizo y el Eterno hizo lo mismo que el agente hizo. Consecuentemente, cuando el agente sube al cielo, el Eterno está subiendo por medio de él.

En Génesis 35:13 está escrito:

“Entonces Dios subió de su lado, en el lugar donde había hablado con él.” (LBLA)

En Éxodo 4:31 está escrito:

“y el pueblo creyó. Y al oír que el SEÑOR había visitado a los hijos de Israel y había visto su aflicción, se postraron y adoraron.” (LBLA)

El Eterno vino a visitar a los hijos de Israel en Mitsrayim (Egipto). ¿Cómo lo hizo? Por medio de sus agentes. En este caso había agentes tanto celestiales como terrenales que estaban representando al Eterno y que vinieron a visitar al pueblo para sacarlo de allí. Lo que hicieron los agentes es atribuido al que los envió.

Hubo dos agentes, uno celestial y un humano, que fueron enviados para liberar al pueblo de la esclavitud.

En Isaías 63:9 está escrito:

“En todas sus angustias El fue afligido, y el ángel de su presencia los salvó; en su amor y en su compasión los redimió, los levantó y los sostuvo todos los días de antaño.” (LBLA)

En Números 20:16 está escrito:

"Pero cuando clamamos al SEÑOR, El oyó nuestra voz y envió un ángel y nos sacó de Egipto. Ahora, mira, estamos en Cades, un pueblo de la frontera de tu territorio.” (LBLA)

En Éxodo 3:1-12 podemos leer acerca del encuentro entre Moshé y un agente celestial en una zarza ardiendo, como está escrito:

“Y Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; y condujo el rebaño hacia el lado occidental del desierto, y llegó a Horeb, el monte de Dios. Y se le apareció el ángel del SEÑOR en una llama de fuego, en medio de una zarza; y Moisés miró, y he aquí, la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces dijo Moisés: Me acercaré ahora para ver esta maravilla: por qué la zarza no se quema.
“Cuando el SEÑOR vio que él se acercaba para mirar, Dios lo llamó de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Entonces El dijo: No te acerques aquí; quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde estás parado es tierra santa. Y añadió: Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tenía temor de mirar a Dios. Y el SEÑOR dijo: Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he escuchado su clamor a causa de sus capataces, pues estoy consciente de sus sufrimientos. Y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y para sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al lugar de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los ferezeos, de los heveos y de los jebuseos. Y ahora, he aquí, el clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí, y además he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. Ahora pues, ven y te enviaré a Faraón, para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto.
“Pero Moisés dijo a Dios: ¿Quién soy yo para ir a Faraón, y sacar a los hijos de Israel de Egipto? Y El dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y la señal para ti de que soy yo el que te ha enviado será ésta: cuando hayas sacado al pueblo de Egipto adoraréis a Dios en este monte.” (LBLA)

He aquí otro ejemplo claro de cómo un agente, un ángel, habla y actúa como si fuera el Eterno. Es interesante notar que está escrito que el Eterno vio que Moshé se acercó. El ángel que se reveló en la zarza fue llamado tanto YHVH como Elohim, vino en el Nombre del Eterno. Fue este ángel que acompañó a Moshé a Mitsrayim para liberar al pueblo (ver Hech. 7:35).

Cuando Moshé fue llamado a ser un mensajero, él también fue llamado Elohim, según hemos comentado antes (ver Éx. 4:16; 7:1). Evidentemente el Eterno vino a visitar a su pueblo por medio de un ángel y por medio de Moshé.

Por lo tanto, cuando un profeta viene al pueblo, es el Eterno quien viene a visitar a su pueblo (cf. Zac. 10:3; Luc 1:78; 7:16).

No sólo las palabras del agente sino también sus actos son atribuidos al emisor. En Éxodo 4:20 está escrito que Moshé tomó la vara de Elohim en su mano. Más tarde el Eterno dice a Paró (Faraón) que Él va a golpear las aguas por medio de la vara que está en Su mano, como está escrito en Éxodo 7:17:

"Así dice el SEÑOR: 'En esto conocerás que yo soy el SEÑOR: he aquí, yo golpearé con la vara que está en mi mano las aguas que están en el Nilo, y se convertirán en sangre.” (LBLA)
En el versículo 19 está escrito que se utilizó la vara de Aharón para golpear las aguas:

“Y el SEÑOR dijo a Moisés: Di a Aarón: "Toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos, sobre sus estanques y sobre todos sus depósitos de agua, para que se conviertan en sangre; y habrá sangre por toda la tierra de Egipto, tanto en las vasijas de madera como en las de piedra."” (LBLA)

Es obvio que el Eterno está diciendo que Él está sosteniendo la vara de Aharón en Su mano. Consecuentemente, cuando Aharón, como agente, golpea las aguas, es el Eterno quien lo hace por medio de él. Las acciones del agente son atribuidas al emisor.

En Éxodo 11:4 y 12:12 el Eterno dice que Él va a pasar por la tierra de Mitsrayim a la medianoche y herir a todos los primogénitos. En 12:13 Él dice que va a pasar sobre los hijos de Israel al ver la sangre en sus casas. Obviamente aquí se habla de un mensajero que iba a ser enviado por la tierra en Su Nombre y que podía ver la sangre y así pasar sobre las casas de los israelitas. En el versículo 23 está escrito:

“Pues el SEÑOR pasará para herir a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes de la puerta, el SEÑOR pasará de largo aquella puerta, y no permitirá que el ángel destructor entre en vuestras casas para heriros.” (LBLA)

El destructor es un agente celestial que el Eterno envió para herir a los primogénitos (cf. 1 Cron. 21:15). Lo que hizo el agente es atribuido a aquel que lo envió, como está escrito en el versículo 29a:

“Y sucedió que a la medianoche, el SEÑOR hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto...” (LBLA)

Si uno no entiende el principio de los agentes no es fácil entender estos textos. Entonces uno mezcla los diferentes personajes y al final no sabe quién hace qué cosa. Si uno entiende que el Eterno es quien actúa por medio de sus mensajeros y que los mensajeros llevan el Nombre del Eterno, es fácil entender estos textos.

Podemos ver otro ejemplo más en Éxodo 13:21 donde está escrito:

“El SEÑOR iba delante de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarlos, a fin de que anduvieran de día y de noche.” (LBLA)

En Éxodo 14:19, 24 está escrito:

“Y el ángel de Dios que había ido delante del campamento de Israel, se apartó, e iba tras ellos; y la columna de nube que había ido delante de ellos, se apartó, y se les puso detrás... Y aconteció que a la vigilia de la mañana, el SEÑOR miró el ejército de los egipcios desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión en el ejército de los egipcios.” (LBLA)

El ángel de Elohim de nuevo es llamado YHVH y las acciones del ángel son acreditadas al Eterno.

He aquí algunos textos que muestran el mismo principio, Núm. 22:21-35; Deut. 1:33; 31:3; Jue. 6:11-24; 1 Sam. 3:2-10; 1 Crón. 21:12-18; 28:5; 29:23; Zac. 14:4-5; Mal. 3:1; 4:6 (en heb. 3:24); Mat. 9:1-8; comp. Mat. 27:7 con Hech. 1:18; Juan 5:19-23, 30; 14:7-10; Hech. 2:22; 7:25; 30-35; 2 Cor. 5:19-20; Hebr. 1:1-2; 3:1; 1 Juan 2:23; Rev 1:1, 8; 3:21; 11:15-17; 22:3; 12-13, 16.

El que ve un agente, ve al que le ha enviado

Si estudiamos los textos que hablan del principio de agentes vemos que no sólo las palabras y las acciones del agente son atribuidas al emisor sino, hasta cierto punto, la apariencia, o radiación del agente. El que ve un agente ve, hasta cierto punto, aquel que le ha enviado. En cuanto a los mensajeros celestiales, no solamente han sido creados a la imagen del Eterno, sino ellos pueden también constantemente ver el rostro del Eterno. De esa manera son llenados de la radiación de Su gloria. Por lo tanto son muy parecidos al Eterno. Por lo tanto, el que ve un ángel ve muchísimo del Eterno mismo.

En Génesis 32:24-30 está escrito:

“Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta rayar el alba. Cuando vio que no había prevalecido contra Jacob, lo tocó en la coyuntura del muslo, y se dislocó la coyuntura del muslo de Jacob mientras luchaba con él. Entonces el hombre dijo: Suéltame porque raya el alba. Pero Jacob respondió: No te soltaré si no me bendices. Y él le dijo: ¿Cómo te llamas? Y él respondió: Jacob. Y el hombre dijo: Ya no será tu nombre Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has prevalecido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Dame a conocer ahora tu nombre. Pero él respondió: ¿Para qué preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. Y Jacob le puso a aquel lugar el nombre de Peniel, porque dijo: He visto a Dios cara a cara, y ha sido preservada mi vida.” (LBLA)
Según Génesis 32:1 y Oseas 12:4 vemos que Yaakov luchó con un ángel.

En Éxodo 3:2a, 6 está escrito:

“Y se le apareció el ángel del SEÑOR en una llama de fuego, en medio de una zarza... Y añadió: Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tenía temor de mirar a Dios.” (LBLA)

En Jueces 13:21-22 está escrito:

“Y el ángel del SEÑOR no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces Manoa supo que era el ángel del SEÑOR. Y Manoa dijo a su mujer: Ciertamente moriremos, porque hemos visto a Dios.” (LBLA)

Lo mismo sucedió con Moshé cuando había estado en la nube de gloria del Eterno, su rostro brillaba de la gloria del Eterno y el pueblo de Israel podía ver algo del Eterno en él y por medio de él (ver Éx. 34:29-35; 2 Cor. 3:13-18).

En Juan 14:9b está escrito:

“El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.” (LBLA)

Según uno trata al agente, así trata al que le ha enviado

Por el hecho de que el mensajero representa al que le ha enviado, todo lo que uno hace a favor o en contra del mensajero es contado como si se hiciera a favor o en contra del que lo envió.

En Éxodo 17:2 está escrito:

“Entonces el pueblo contendió con Moisés, y dijeron: Danos agua para beber. Y Moisés les dijo: ¿Por qué contendéis conmigo? ¿Por qué tentáis al SEÑOR?” (LBLA)

Cuando el pueblo contendió con Moshé fue considerado como si hubiera contendido con el Eterno.

En Zacarías 11:13; 12:10 está escrito:

“Entonces el SEÑOR me dijo: Arrójalo al alfarero (ese magnífico precio con que me valoraron). Tomé pues, las treinta piezas de plata y las arrojé al alfarero en la casa del SEÑOR... Y derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén, el Espíritu de gracia y de súplica, y me mirarán a mí, a quien han traspasado. Y se lamentarán por El, como quien se lamenta por un hijo único, y llorarán por El, como se llora por un primogénito.” (LBLA)
Lo que se hace a favor o en contra del agente del Eterno se hace a favor o en contra de Él.
En Mateo 10:40-42 está escrito:

“El que os recibe a vosotros, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que recibe a un profeta como profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo como justo, recibirá recompensa de justo. Y cualquiera que como discípulo dé de beber aunque sólo sea un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, en verdad os digo que no perderá su recompensa.” (LBLA)

Un ángel puede llevar el NOMBRE sagrado: Zacarías 3:1,2

“Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Adonai y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. Y dijo el Eterno (YHWH) a Satanás: HaShem (YHWH) te reprenda, oh Satanás; HaShem (YHWH) que ha escogido a Jerusalén te reprenda”.

La frase: “Y dijo el Eterno” no significa el Eterno mismo, sino el ángel de Adonai que llevaba el NOMBRE SAGRADO, pues de lo contrario, YHWH no tendría que invocar la autoridad de YHWH  para reprender a satanás, suficiente decirle: “Te reprendo Satanás”, pero al decir: “HaShem (YHWH) te reprenda”, es evidente que no era HaShem mismo.

Como este ángel fue enviado como “agente divino” para representar al Eterno, le fue concedido el honor de llevar el Nombre Sagrado, no porque fuera HaShem en persona, pero su representante oficial. 

Trabajo de clase:

1.  Dijo el Maestro: (Hillel-Lucas- 10:16)

“El que a vosotros escucha, a mí me escucha, y el que a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y el que a mí me rechaza, rechaza al que me envió.” (LBLA).

¿El que escucha a un enviado de Ieshoshua a quien escucha realmente? __________________________________________________________________

¿El que rechaza a un enviado de Ieshoshua a quién rechaza realmente? __________________________________________________________________


¿El que rechaza a Ieshoshua, a quién rechaza realmente? __________________________________________________________________


¿Quién envió a Ieshoshua?
A)        Los ángeles__
B)        Los profetas__
C)        El mismo__
D)        El Padre, Dios Todopoderoso__

2. Dijo el Maestro: “El que me ha visto a mi, ha visto al Padre”, (Yohanan 14): 8-10. ¿Puede el Padre ser “visto”? ¿Es el Mesías el Padre o el Padre envió al Mesías? Fundamentado en el principio de “agencia divina”, qué piensa usted que significan esas palabras?
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3.  En Yohanan 12:44-45 está escrito:

“Ieshoshua  exclamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado. Y el que me ve, ve al que me ha enviado”. ¿Quién envió a Ieshoshua? ¿Cómo explica usted esas palabras del Maestro: “el que me ve, ve al que me ha enviado”?
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4. Filipenses 2:9 afirma de Ieshoshua: “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre”.

4:1 ¿Cuál es el Nombre sobre todo nombre?
4:2 ¿Quién exaltó a Ieshoshua?
4:3 ¿Qué nombre lleva ahora Ieshoshua?
4:4 ¿Es Ieshoshua YHWH o lleva Su Nombre?

Conclusión

Un agente que es enviado por el Eterno lleva el Nombre del Eterno, habla las palabras del Eterno, actúa como si fuera el Eterno y se parece al Eterno. Hemos visto como El Eterno usa tanto a los agentes celestiales como a los terrenales para llevar a cabo Sus planes en la tierra.

Muchas veces es difícil ver la diferencia entre el mensajero y el que lo ha enviado porque el mensajero es la voz, el brazo y la cara del emisor. Sin embargo, no es lo mismo venir en el Nombre del Eterno que ser el Eterno. A pesar de eso, es lo mismo recibir a un mensajero que viene en el Nombre del emisor, que recibir al que lo envió.
Cuando el Eterno envía un agente nadie puede saltar sobre el agente y tratar directamente con el Eterno, porque el camino para llegar a Él pasa por su mensajero. Por lo tanto, el que rechaza a un mensajero rechaza al que lo envió.

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.
Si me hubierais conocido, también hubierais conocido a mi Padre; desde ahora le conocéis y le habéis visto. (Juan 14:6-7)

Ieshoshua como Mashiaj es la final y completa revelación de HaShem, toda autoridad y representatividad se le ha concedido, él gobernará por HaShem a Israel y a todo el universo creado.  Mashiaj es el final y plenipotenciario representante del Eterno. Nadie está sobre él, excepto HaShem mismo, pues así como el hombre es la cabeza de la mujer y Mashiaj la cabeza de todo hombre, así HaShem es la cabeza de Mashiaj.

HaShem le entregó a Ieshoshua todas las cosas, exceptuando él mismo por supuesto como está escrito: (1 Cor. 15:27)

“Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas”.

Cuando finalmente todo haya sido consumado, y el Mesías haya sujetado a todos bajo el dominio del Eterno, Ieshoshua entregará el Reino de Israel y el mundo a HaShem, a partir de este momento, el Reino y el Dominio pasarán directamente a  las manos del Eterno y ya no habrá más necesidad de intermediarios ni representantes pues HaShem mismo gobernará en persona.


Así está escrito (1 Cor. 15:28): “Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos” Este traspaso final de autoridad cierra el círculo de la redención. 

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