EDITORIAL SEMANAL
Shavuot un encuentro con mi identidad
En el proceso de retorno a
mis raíces voy descubriendo que no solamente la liturgia y la vestimenta me
hacen ser judío, sino un continuo acercamiento a la historia, costumbres y
pensamientos del pueblo de Israel (judíos), la observancia estricta de la
Toráh. En este caso, las personas que se unen al movimiento mesiánico siguen
pensando que es una continuidad de la religión a la cual pertenecerían
anteriormente, los patrones y estereotipos
de liturgias cristianas permanecen en sus vidas, lejos de crear un vinculo con
nuestro pasado e historia los alejan, pues ¿cómo podrá alguien que no vive ni
vivió nunca en Israel, o que haya interactuado con las costumbres judías poder
enseñar “Judaísmo”? es un tanto ilógico.
Dentro de los requisitos
universales en las naciones actuales para optar a una nacionalidad existen
varios requisitos, como por ejemplo: haber cumplido como mínimo 5 años de ser
residente permanente, ser capaz de leer, escribir y hablar el idioma del país
al cual quiere tener la nacionalidad y tener conocimiento de la historia y el
gobierno, y principalmente ser una persona de buena conducta moral, que respeta
la ley y tiene adherencia a los principios de la Constitución de aquél país.
Además, tener buena disposición para el buen orden, la felicidad y el bienestar
del país durante todos los periodos relevantes bajo de la ley.
Durante la reconstrucción
del templo en el año 516 A. de. C., inicio un proceso de adhesión de muchas
personas al pueblo de Israel, debido a la coyuntura socio política de esos años
se tomaron mucha medidas para lidiar con los extranjeros e invitarlos a
adherirse a nuestro pueblo, el surgimiento del Libro de Ruth nos muestra la
evolución del pensamientos segregacionista de esa época, claro que en nuestros
días esto es una cuestión un poco más difícil. El pesaj celebrado en el año 516 fue un parte
aguas en el resurgimiento de Israel como nación, fueron más exigente con el
cumplimiento de los requisitos religiosos y nacionales que determinaba la
Toráh, esto creo una identidad, esta época es considerada como la del surgimiento
del judaísmo clásico, muchos dictámenes surgieron aquí con Ezra y Nehemia, principalmente
el matrimonio con mujeres extranjeras, sin antes adherirse al pueblo de
Israel.
Que quiero decir con todo
esto, las personas que se adherían al pueblo eran personas que habían interactuado
de alguna manera con la cultura judía, como decíamos anteriormente sobre los
requisitos de ciudadanía, vivían en Israel desde hace varios años, sabían la
lengua, escribían en el Idioma hebreo, etc., eso los hacía Judíos por
asimilación mas no por genética, es decir, llenaban todos los requisitos para
una nacionalidad, pero lo más importante era que tenían que cumplir con las
obligaciones y exigencias de la Toráh para tener la nacionalidad.
En nuestros tiempos, hay
personas que han tratado de querer hacer ver a los demás que cumplen con las
exigencias de la Toráh, desde su perspectiva, aún más en su mayoría cumplen una
tradición Kabalista (la neo Gnosis) que desconocen tanto como desconocen la
Toráh y en realidad desconocen la historia de nuestro pueblo, en esta temática la Toráh nos dice:
Recuerda los viejos
tiempos, entiende los años de generación tras generación. Pregúntale a tu padre
y él te contará, a los ancianos y te dirán (Deuteronomio 32:7).
No establece que vistamos
de una manera (no digo que está mal) que hagamos la liturgia de esta otra, te
dice recuerda los viejos tiempos y cuéntaselo a tus hijos y los hijos de tus
hijos, tal y como dice de Avraham:
Porque yo lo he escogido
para que mande a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del
Señor, haciendo justicia y juicio, para que el Señor cumpla en Abraham todo lo
que Él ha dicho acerca de él.
La adhesión al pueblo de
Israel tiene como REPONSABILIDAD, el transmitir a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos a que guarden
DEREJ HASHEM, justicia y juicio. ¿Cómo lo podremos hacer? Simplemente estudiando
la Toráh. Pero el estudio de la Toráh es lo menos importante en nuestra vida,
no es una prioridad, mucho menos enseñarles a sus hijos. Es increíble ver que hay
personas que no saben las historias fantásticas de la Toráh, tales como Jonás y
Ninive, Gedeon, Daniel en el foso de los Leones, Elisha y los jóvenes que se
burlaron de él, Eliyahu y los profetas de Baal, etc., historias de grande
hombres de nuestro pueblo. Sin embargo se llaman “Judíos”, quieren comida
Kosher pero no saben cuáles son las regulaciones halajicas de esta.
En conclusión quiero ser
judío por moda, no por una asimilación constante, un deseo genuino de adoptar
esta responsabilidad que conlleva esta adhesión a la Toráh y al pueblo de Israel.
Por eso con mucha razón los rabinos establecen leyes muy rigurosas para las conversiones,
esto debido a que no todos tienen la capacidad de comprometerse con los requisitos
de la Toráh, Idioma etc.
Hoy en día los requisitos
para adoptar la ciudadanía Israelí son los mismos de hace 2500 años con Ezra y
Nehemia: 1.Personas que nacieron en Israel de madre o padre de ciudadanía
israelí. 2. Personas que nacieron fuera de Israel, si su padre o madre
mantienen su ciudadanía israelí, adquirida ya sea por nacimiento en Israel,
según la Ley de Retorno, por residencia o por naturalización. 3. Personas que
nacieron luego de la muerte de uno de sus padres, si el padre muerto fue
ciudadano israelí por virtud de las condiciones enumeradas en los numerales 1. Y
2. En el momento de la muerte. 4. Personas que nacieron en Israel, que nunca
tuvieron otra nacionalidad y sujetas a las limitaciones estipuladas por la ley,
que hayan: Presentado una solicitud de ciudadanía entre los 18 y 25 años de
edad. 5. Hayan sido residentes de Israel por cinco años consecutivos.
La única conexión con
Israel y mi identidad judía es la Toráh, por eso en Shavuot debería alegrarme
sobre manera porque Hashem bendito su nombre nos entrego la Toráh y el
privilegio que nos dio de educar a nuestros hijos en el camino de Hashem. La Toráh me conecta con mi historia, con mi
pueblo, con mi tierra. No es una fiesta más, nos recuerda el compromiso que
tenemos delante de Hashem que aún en condiciones que no son las optimas cumplir
a cabalidad lo que él nos ha indicado, Justicia y Equidad. Pero si no me interesa
la Toráh y actuó de una forma egocéntrica, solo me interesa lo concerniente a mí,
no estoy listo para ser Judío, ser judío no es una moda, no es un privilegio,
es una responsabilidad, una forma de vida que es probada todos los días. Me debo preocupar por hablar, leer, escribir
el idioma de nuestros padres, conocer la historia de nuestro pueblo. Es un
reto, ¿puedes asumirlo?
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