PARASHA SEMANAL
PARASHAH KI TISÁ
Iojanán bar Moreh
La parashah Ki Tisá (“Cuando tomes”) consta de los versos comprendidos desde Shemot 30:11 hasta 34:35. Sigue haciendo parte de la segunda parte del libro de Shemot sobre la finalidad de la Redención, el Servicio al Eterno. En esa forma se instruye sobre el medio shekel para el santuario, la pila de bronce, el aceite de unción y el incienso. Pero luego se narra el triste episodio del becerro de oro, la intercesión de Mosheh y el pacto renovado.
Nos hemos propuesto en este ciclo de lectura de la Torah estudiar más halájicamente las mitzvot del Eterno habiendo ya desarrollado enfoques exegéticos y devocionales. Hemos sido redimidos para servir al Eterno y no hay mayor servicio que obedecer a sus mandatos. Es así como en esta porción de la Torah nos encontramos con los siguientes mandamientos:
105. Precepto de donar la mitad de un shekel (siclo de plata) cada año, Éxodo 30:13.
106. Precepto para un kohén de lavarse los pies y las manos cuando realice su servicio en el santuario, Éxodo 30:19-20.
107. Precepto de ungir con el aceite de la unción a cada Kohén Gadol (Sumo Sacerdote) y a cada rey de Israel, Éxodo 30:25.
108. Prohibición de que un extraño unte su cuerpo con el aceite de la unción, Éxodo 30:32.
109. Prohibición de reproducir el aceite de la unción según la fórmula establecida por
110. Prohibición de reproducir el sahumerio según la fórmula establecida por
111. Prohibición de comer o beber de una ofrenda a un ídolo, Éxodo 34:12, 15.
112. Precepto de dejar descansar
113. Prohibición de comer carne con leche, Éxodo 34:21.
El primer Precepto lo encontramos en Shemot 30:12-16. Dice así el texto:
כִּ֣י תִשָּׂ֞א אֶת־רֹ֥אשׁ בְּנֵֽי־יִשְׂרָאֵל֘ לִפְקֻֽדֵיהֶם֒ וְנָ֨תְנ֜וּ אִ֣ישׁ כֹּ֧פֶר נַפְשׁ֛וֹ לַֽיהוָֹ֖ה בִּפְקֹ֣ד אֹתָ֑ם וְלֹא־יִֽהְיֶ֥ה בָהֶ֛ם נֶ֖גֶף בִּפְקֹ֥ד אֹתָֽם: יג זֶ֣ה יִתְּנ֗וּ כָּל־הָֽעֹבֵר֙ עַל־הַפְּקֻדִ֔ים מַֽחֲצִ֥ית הַשֶּׁ֖קֶל בְּשֶׁ֣קֶל הַקֹּ֑דֶשׁ עֶשְׂרִ֤ים גֵּרָה֙ הַשֶּׁ֔קֶל מַֽחֲצִ֣ית הַשֶּׁ֔קֶל תְּרוּמָ֖ה לַֽיהֹוָֽה: יד כֹּ֗ל הָֽעֹבֵר֙ עַל־הַפְּקֻדִ֔ים מִבֶּ֛ן עֶשְׂרִ֥ים שָׁנָ֖ה וָמָ֑עְלָה יִתֵּ֖ן תְּרוּמַ֥ת יְהוָֹֽה: טו הֶֽעָשִׁ֣יר לֹֽא־יַרְבֶּ֗ה וְהַדַּל֙ לֹ֣א יַמְעִ֔יט מִֽמַּֽחֲצִ֖ית הַשָּׁ֑קֶל לָתֵת֙ אֶת־תְּרוּמַ֣ת יְהֹוָ֔ה לְכַפֵּ֖ר עַל־נַפְשֹֽׁתֵיכֶֽם טז וְלָֽקַחְתָּ֞ אֶת־כֶּ֣סֶף הַכִּפֻּרִ֗ים מֵאֵת֙ בְּנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל וְנָֽתַתָּ֣ אֹת֔וֹ עַל־עֲבֹדַ֖ת אֹ֣הֶל מוֹעֵ֑ד וְהָיָה֩ לִבְנֵ֨י יִשְׂרָאֵ֤ל לְזִכָּרוֹן֙ לִפְנֵ֣י יְהֹוָ֔ה לְכַפֵּ֖ר עַל־נַפְשֹֽׁתֵיכֶֽם:
12 Ki tisá el rosh bené Israel lifqudehem venatnú ish kóper nafshó laAdonai bifqod otam veló ihieh bahem négef bifqod otam 13 zeh itnú kol haober al hapqudim majatzit hashéqel beshéqel haqódesh esrim gerah hashéqel majatzit hashéqel terumah LaAdonai 14 kol haober al hapqudim mibén esrim shanah vamálah itán trumat Adonai 15 heashir lo iarbeh vehadal lo iamit mimajatzit hashéqel latet et trumah Adonai lejaper al nafshotejem 16 velaqajtá et késef hakipurim meet bené Israel venatatá otó al abodat óhel moed vehaiah libné Israel lezikarón lifné Adonai lejaper al nafshotejem
12 Cuando tomes el número de los hijos de Israel conforme a la cuenta de ellos, cada uno dará a YHWH el rescate de su persona, cuando los cuentes, para que no haya en ellos mortandad cuando los hayas contado. 13 Esto dará todo aquel que sea contado; medio siclo, conforme al siclo del santuario. El siclo es de veinte geras. La mitad de un siclo será la ofrenda a YHWH. 14 Todo el que sea contado, de veinte años arriba, dará la ofrenda a YHWH. 15 Ni el rico aumentará, ni el pobre disminuirá del medio siclo, cuando dieren la ofrenda a YHWH para hacer expiación por vuestras personas. 16 Y tomarás de los hijos de Israel el dinero de las expiaciones, y lo darás para el servicio del tabernáculo de reunión; y será por memorial a los hijos de Israel delante de YHWH, para hacer expiación por vuestras personas.
Quisiéramos responder algunas preguntas que se levantan de la lectura del mandamiento. ¿Están prohibidos los censos? ¿el mandamiento es para los reyes o para cualquier judío que cuente a otros judíos? ¿Por qué hay que pagar un rescate cuando se hace un censo? ¿Por qué tanto detalle en determinar lo que vale un shéqel? ¿Obliga a todos los judíos hombres y mujeres pagar el medio siclo? ¿Por qué no menores de veinte años? ¿Qué tenía que ver el santuario con lo que se recogiera en un censo? ¿El mandamiento fue solo para hacer el Tabernáculo o tiene un alcance perpetuo? ¿Qué tiene que ver la expiación con estos asuntos de dinero?
¿Cuál es el sentido general del pasaje?
Unos interpretan que lo principal del pasaje no es tanto la forma de hacer los censos sino la ordenanza a Mosheh para recaudar dinero del pueblo por medio del censo, tanto por cabeza, para el servicio del Tabernáculo. Esto se debía hacer cuando él contara el pueblo. Algunos piensan que se refiere sólo al primer conteo de ellos, cuando se creó el Tabernáculo; y que este impuesto compensara lo que fue deficiente en las contribuciones voluntarias para el acabado de la obra, o más bien para el comienzo del servicio en el tabernáculo.
Otros piensan que la ordenanza fue dada para ser repetida en cualquier emergencia y siempre cuando la gente fuera contada. Pero las escuelas rabínicas son de la opinión que iba a ser un tributo anual, que sólo fue iniciado cuando Moisés numeró primero la gente.
¿Están prohibidos los censos?
No es que los censos en general estén prohibidos. De hecho debido a un censo ordenado por los romanos, los padres de nuestro Rebe y Mashiaj tuvieron que viajar de Nazaret en Galilea a Belén en Judá para empadronarse y así se pudo cumplir la profecía de Mijah (Miqueas) 5:2: tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.
Tampoco es que los censos, dentro del pueblo de Israel hechos por los mismos israelitas, estén prohibidos, sino que se deben cumplir ciertas condiciones para efectuar el censo. El mismo Eterno ordenó varias veces censar al pueblo.
La frase en hebreo dice literalmente: “cuando alces la cabeza” (ki tisá et rosh) para querer decir “cuando tomes censo”. Pero según dice Rashí, cuando se desee tomar -es decir, hacer— la cuenta total del número de los israelitas para saber cuántos son, no se cuenten por cabeza, es decir, directamente. "No debía contar a cada persona individual y directamente. En vez de ello, que cada uno entregue un medio siclo [shéqel] de plata y luego contar los siclos; de este modo se sabrá su número total.
El versículo indica que cuando se desee hacer el censo de Israel, no hay que hacerlo directamente, sino que cada individuo debe entregar un objeto cualquiera que sea "expiación por su alma" y luego contar los objetos para indirectamente saber cuántos individuos hay. Según Sifté Jajamim también se pudo haber utilizado otro objeto en vez de los medios siclos de plata, pero una vez que era necesario entregar algún objeto, se eligieron los medios siclos de plata para obtener la plata necesaria para fabricar las basas del Tabernáculo.
De esta manera de entender el mandamiento, es costumbre en las comunidades judías que el jazán no cuente directamente las personas para averiguar si hay miniam. Se suele contar los talits o las kipot presentes.
¿Por qué no contar directamente?
La Escritura dice “para que no haya plaga en ellos”. En Bet Shemuel (2 Sam) 24:1-10 se cuenta que el rey David, desatendiendo la condición, ordenó hacer el censo de todos los israelitas e inmediatamente después una plaga afectó al pueblo, a consecuencia de la cual murieron setenta mil personas.
Esta forma indirecta de censo es interpretada en un espectro amplio de ideas. Esta variedad de ideas surge de la dificultad para comprender la razón que la misma Torah ofrece para este censo indirecto; a saber: "... Habrán de ofrecer, cada hombre, el rescate de su alma ante Adonai, al censarlos; para que no haya en ellos mortandad, al censarlos." (Versículo 12).
La palabra נגף "negef", que se traduce como plaga, también se puede traducir abstractamente como mortandad, y quiere decir también, derrota u obstáculo.
El contar directamente hace que uno pose los ojos sobre lo que va contando. Rashi, reconociendo dentro del judaísmo una explicación ampliamente trasmitida y fuertemente popularizada en la edad media, dice literalmente: "Ya que cuando se procede a censar o a contar algo domina en ello el עין הרע "Ain harah",.
El עין הרע, "Ain harah" -ojo del malo, popularmente, mal de ojo, ha sido objeto de escritos y comentarios, tanto en el Talmud como en toda la literatura rabínica.
Algunos exégetas, entre ellos, Rabi Itzjaq Arama y Abarbanel, dicen que, indudablemente, esto era una creencia popular muy difundida.
Rabbi Itzjaq Arama, captando esta superstición, entiende que la Torah, para desarraigar la misma, trata de hacerlo gradualmente. Es por ello que se le dirá al hombre que, a través de ese medio siclo (moneda asequible para cualquier persona de la época) que él aportará para un fin noble, su error será expiado.
Recanati, citando a su vez el libro del Zohar, llama al עין הרע "Ain harah" -el ojo del mal como מדת הדין " "mídat hadin" -el atributo de rigor- que es uno de los Atributos de Eloha. El esquema que presenta Recanatti es el siguiente: Todo lo que posee el ser humano, incluyendo su misma vida es una bendición de Eloha. El hombre tiene que aceptarlo con modestia, entendiendo lo efímero que es todo lo que posee, incluyendo su vida. Cuando el hombre cuenta su riqueza o el número de personas que componen su grupo, tribu, ejército, se debe a una suerte de soberbia del hombre, pareciendo indicar con ello la posesión absoluta de las cosas o personas, cosa que provoca la ira de Eloha. Y esa ira se manifestará por medio de la naturaleza misma creada por Eloha (en este caso la plaga) que afectará al hombre soberbio o al hombre que asume actitudes de soberbia,
¿Por qué se escogió que la cuenta se hiciera a través de medios shéqels?
El Rabi Itzjaq Arama, presenta un esquema distinto al de Recanati. El entiende, citando a su vez fuentes rabínicas, que el ser humano es dual y esta condición es inherente a su misma creación, por lo tanto está compuesto de impulsos positivos, que él llama fuerzas, así como de impulsos negativos. Estas fuerzas o impulsos están distribuidos en forma equilibrada y forman la personalidad de cada ser humano. El ser humano deberá cuidar las fuerzas negativas que están dentro de él y que conforman "la mitad" de su persona, por lo tanto, si esta mitad se deteriora, habrá que "reparar" dicho deterioro. De allí que, el medio siclo, esté simbolizando esa parte negativa materialista que puede desequilibrar al ser humano. A través de este aporte del medio siclo que el hombre hará, tomará conciencia de su realidad y reparará o rectificará sus errores y completará armoniosamente su personalidad "así como el medio siclo cuando se une con otro medio siclo forma un todo armonioso" y de allí que esta recaudación de medios siclos sea llamada por la Torah: כסף הכפורים, késef hakipurim" -la plata de las expiaciones- y לכפר על נפשתיכם "lejaper al nafshotejem" -para expiar por vuestras vidas-.
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